El mandatario dominicano participa en la Conferencia de la ONU sobre el Océano
Luis Abinader arrancó su participación en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano con una agenda diplomática intensa. La noche del domingo, el presidente dominicano y su esposa, Raquel Arbaje, fueron recibidos por el presidente francés Emmanuel Macron y la primera dama Brigitte en una cena de gala celebrada en el emblemático hotel Le Negresco de Niza.
La cena, organizada por la pareja presidencial francesa, reunió a jefes de Estado y de Gobierno que asisten al evento de Naciones Unidas, que se desarrollará del 9 al 13 de junio. La recepción tuvo el aire elegante de los grandes encuentros internacionales, pero detrás del protocolo hubo también un espacio para tejer vínculos políticos y reforzar relaciones multilaterales.
Antes del evento, Abinader sostuvo una reunión bilateral con el rey Abdalá II de Jordania. Fue un encuentro discreto pero clave, en el que ambos mandatarios conversaron sobre comercio, turismo, seguridad y posibles áreas de cooperación. También se invitaron mutuamente a visitar sus respectivos países.
La cita con el monarca jordano no fue casual ni protocolaria. Jordania y República Dominicana no comparten vecindad ni bloques económicos, pero Abinader ha mostrado interés en diversificar los aliados internacionales del país. Este tipo de encuentros abre puertas que, aunque a veces parezcan simbólicas, en diplomacia pueden convertirse en plataformas para acuerdos más concretos.
El lunes, Abinader tomará la palabra ante la cumbre oceánica. Su discurso está previsto como parte del programa oficial, en un espacio donde se espera que defienda la postura de República Dominicana sobre sostenibilidad marítima, protección de los recursos naturales y el papel del Caribe frente al cambio climático.
La Tercera Conferencia de la ONU sobre el Océano reúne a líderes globales para debatir políticas sobre el manejo sostenible de los océanos, un tema cada vez más estratégico para los países costeros y en desarrollo. Para República Dominicana, con su dependencia del turismo de playa y la pesca, el tema es tan ambiental como económico.
El martes por la tarde, Abinader tiene agendada una reunión más formal y privada con su homólogo francés. Será un espacio más político, donde probablemente se aborden temas bilaterales con Francia, un país clave dentro de la Unión Europea y actor importante en la agenda ambiental global.
La delegación dominicana que acompaña al presidente está compuesta por figuras estratégicas. El ministro de Medio Ambiente, Paíno Henríquez, tendrá un rol activo durante la cumbre, así como el embajador dominicano en Francia, David Puig, y Wellington Bencosme, representante ante la ONU. También están presentes los asistentes presidenciales Noelia Shephard y Eilyn Beltrán, el director del CUSEP, mayor general Jimmy Arias, y el director de prensa de la Presidencia, Daniel García Archibald.
La presencia de esta delegación no solo refuerza la participación formal de República Dominicana en el evento, sino que también muestra el enfoque que Abinader quiere proyectar: uno técnico, con respaldo diplomático, y con presencia política de alto nivel.
En medio de una coyuntura global compleja y con los océanos en el centro del debate climático, la participación dominicana en esta conferencia busca posicionar al país como un actor que, aunque pequeño en tamaño, quiere sentarse en la mesa grande cuando se hable de futuro.
