El expresidente amenaza al CEO de Tesla por posibles donaciones a demócratas
Washington.- El presidente estadounidense Donald Trump lanzó una amenaza directa a Elon Musk: si el empresario decide financiar a candidatos demócratas, habrá consecuencias. Así lo dijo en una entrevista telefónica con NBC, en la que dejó claro que no piensa tolerar que Musk apoye a quienes buscan desafiar a los republicanos leales a su agenda fiscal.
“Si lo hace, tendrá que pagar las consecuencias. Muy graves”, advirtió, sin entrar en detalles sobre qué tipo de represalias contempla.
La relación entre Trump y Musk, que hace tiempo era al menos cordial, está ahora claramente rota. Cuando se le preguntó si creía que aún podía haber algún tipo de reconciliación, Trump fue tajante: “Supongo que no”. También dejó claro que no tiene intención de hablar con Musk, ni ahora ni después.
El trasfondo es político, pero también personal. Trump acusó a Musk de ser “irrespetuoso con la oficina del presidente” y se mostró visiblemente molesto por lo que considera una falta de respeto a su figura. “No se puede faltar el respeto al presidente”, insistió.
Las tensiones entre ambos escalaron esta semana, luego de que Musk publicara en X (antes Twitter) una serie de mensajes críticos contra el expresidente. Uno de ellos, ya eliminado, vinculaba a Trump con el traficante sexual Jeffrey Epstein, un tema que sigue siendo especialmente sensible en círculos políticos de alto perfil.
Musk también ha cuestionado recientemente el nuevo proyecto de ley de gasto presentado por los republicanos, aumentando la tensión con una facción del partido que, hasta hace poco, lo consideraba un aliado clave por su postura favorable al libre mercado y su crítica constante a la regulación federal.
Cuando se le preguntó si planeaba tomar represalias económicas, como cancelar los contratos federales con las compañías de Musk —Tesla, SpaceX y otras que dependen en parte de fondos públicos—, Trump respondió que no lo ha vuelto a pensar, pero dejó la puerta abierta: “Podría hacerlo”.
Este cruce entre el político más polarizante de Estados Unidos y uno de sus empresarios más influyentes no es solo un pleito de egos. Es una señal clara de que el terreno político se está reconfigurando de cara a 2025. Musk, que en el pasado coqueteó con posiciones libertarias y apoyos ambiguos, ahora parece estar distanciándose de los republicanos, al menos de la facción trumpista.
Trump, por su parte, no deja pasar la oportunidad de marcar territorio. Y lo hace con su estilo habitual: directo, amenazante y sin matices. El mensaje para Musk fue claro, y también para cualquier otro multimillonario que esté pensando en financiar a sus adversarios. En tiempos electorales, la lealtad no es solo política. Es personal.