La isla ofrece ventajas fiscales, cercanía y mano de obra calificada
NUEVA YORK.-En un giro estratégico motivado por los cambios en las políticas arancelarias estadounidenses, cada vez más empresas están trasladando sus cadenas de suministro fuera de Asia y México, y apuntan hacia un destino que hasta hace poco era más conocido por sus playas que por su capacidad industrial: la República Dominicana.
A inicios de febrero, Randy Carr, CEO de World Emblem, la mayor productora mundial de parches para ropa, con clientes como UPS, Levi’s y el Departamento de Seguridad Nacional, tomó un vuelo inesperado al Caribe. ¿La razón? Una nueva oleada de aranceles del 25% anunciada por el entonces presidente Donald Trump contra México y Canadá, que representaban más del 65% de la producción de su empresa.
“Los aranceles llegaron con fuerza. Fue un golpe. Tuvimos que actuar de inmediato”, declaró Carr en un artículo publicado por Vanessa Yurkevich en CNN. Y lo hicieron. Una semana después, su equipo ya estaba en la República Dominicana explorando nuevas oportunidades de manufactura.
Zonas francas y logística: las joyas ocultas del caribe
El atractivo no tardó en revelarse: 92 zonas francas, más de 850 empresas instaladas, cero impuestos sobre la renta, y cercanía logística inmejorable. Un contenedor desde la isla puede llegar a Miami en solo tres días y a Nueva York en cinco, frente a las cuatro semanas desde Asia. Además, los costos laborales son hasta un 30% más bajos que en México, sin sacrificar calidad ni capacitación.
La decisión de World Emblem fue contundente: construir una planta de 9.300 metros cuadrados y trasladar entre 30% y 35% de su capacidad de fabricación a la isla. “Actuamos rapidísimo. Todos los días estábamos al teléfono resolviendo detalles”, señaló Carr.
El fenómeno no es aislado. Empresas como Hanes, Timberland, Cardinal Health, Eaton Corporation y Rockwell Automation ya han apostado por la isla. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, la República Dominicana captó el 41% de toda la inversión extranjera directa (IED) en Centroamérica y su manufactura es ya el segundo sector más fuerte tras el turismo.
“El país está dejando de ser solo sol y playa. Es un centro manufacturero en crecimiento”, explica Marino Auffant, fundador de Auffant Global Advisory, dedicada a fomentar inversiones industriales en el país. “Hay empresas estadounidenses trasladándose desde China y México por el ambiente favorable y la seguridad legal”.
Los límites del paraíso: espacio, talento y visibilidad global
Pero no todo es tan brillante como los reflectores del turismo. Con una superficie menor a Carolina del Sur y una fuerza laboral de 5,41 millones de personas, el espacio físico y humano para escalar la manufactura es limitado. A pesar de los avances, el gobierno dominicano aún enfrenta retos para expandir la infraestructura industrial, especialmente en áreas de alta demanda como la frontera con Haití.
“Se necesita más espacio, más ingenieros y más formación técnica”, reconoce Auffant. No obstante, el país ha invertido en escuelas técnicas dentro de las zonas francas, un modelo que combina educación con empleabilidad directa. “Eso es parte de su secreto industrial”, añade.
Sin embargo, el mayor obstáculo quizás no sea físico, sino cognitivo: la falta de visibilidad global. “Muchas empresas desconocen que República Dominicana ya tiene una historia de éxito en manufactura, especialmente para exportación hacia Estados Unidos”, indica Auffant.
Randy Carr lo vivió en carne propia. Admitió que el país ni siquiera figuraba en su radar como opción viable. Lo descubrió, de hecho, de manera poco convencional, y su hallazgo se ha traducido en millones de dólares de inversión y una estrategia de suministro más sólida frente a futuros cambios políticos.
Mientras otras compañías aún se debaten entre China, Vietnam o Malasia, la República Dominicana ha empezado a emerger silenciosamente como una opción competitiva, cercana y eficiente. Y si la tendencia actual se mantiene, la pequeña isla podría convertirse en el próximo gigante industrial del Caribe.