Instituciones impulsan el uso de evidencia para mejorar decisiones de gobierno
En la Universidad Católica de Santo Domingo, se reunieron funcionarios, académicos y cooperantes internacionales con una meta clara: poner los datos al centro de las decisiones públicas. Bajo el marco de la Semana Global de Evaluación, se llevó a cabo la jornada “Monitoreo y Evaluación de Políticas Públicas: Estrategia para alcanzar el desarrollo y la justicia social”, organizada por el Ministerio de la Presidencia, el INAIPI, UNIBE y UNICEF.

El enfoque fue directo: si las políticas públicas no se miden, no se pueden mejorar. Y si no se mejoran, los más afectados suelen ser los más vulnerables: la niñez y la adolescencia. De ahí la apuesta por integrar sistemas de monitoreo sólidos como el SIMEDID (Sistema de Medición del Desarrollo Infantil Dominicano), que no solo recolecta cifras, sino que permite ver qué tan efectivas están siendo las acciones del Estado.
Carlos Carrera, representante de UNICEF, lo puso sin rodeos: “La información basada en evidencia es el puente entre las decisiones y los derechos de la infancia”. Desde su perspectiva, el fortalecimiento de sistemas como el SIMEDID permite que las decisiones se tomen con más precisión y menos improvisación.
Durante la jornada, también se repasaron avances clave en el desarrollo de capacidades técnicas e institucionales para evaluar políticas. El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, representado por Nelson Chávez, fue claro al presentar los retos que enfrenta el país. La puntuación actual de República Dominicana en el Índice de Capacidades Nacionales de Evaluación (INCE) es de 3.36 sobre 10. “Sabemos dónde estamos. Ahora se trata de trazar rutas para mejorar, aprovechar lo que hacemos bien y corregir donde hay fallas, especialmente en la coordinación entre actores”, explicó.
Por su parte, Mabely Díaz, directora de Inteligencia de Datos del Ministerio de la Presidencia, destacó el valor real de las estadísticas: “Los datos no son fríos ni lejanos. Son clave para cambiar realidades. Evaluar con base en evidencia nos permite usar mejor los recursos y dar respuestas más eficaces”.
Uno de los puntos fuertes del evento fue la presentación de casos concretos sobre el uso del SIMEDID. María Elena Valdez, del INAIPI, recalcó que este sistema va más allá de señalar avances. “También nos muestra dónde están los vacíos. Es una guía estratégica para enfocar nuestras acciones en el desarrollo infantil temprano”.
Desde la academia, Laura Sánchez-Vincitore, investigadora y directora del NeuroLab de UNIBE, resaltó el valor del SIMEDID no solo como innovación local, sino como un modelo útil a nivel global. “Es una herramienta integral, adaptada a nuestra realidad, que puede inspirar a otros países”.
Más de 90 participantes, entre especialistas en datos, monitoreo y evaluación, se sumaron a esta jornada con un objetivo común: consolidar una cultura nacional donde las decisiones se basen en evidencia. La actividad forma parte de la Iniciativa Global de Evaluación (GEI), que busca fortalecer capacidades para diseñar políticas más efectivas y, sobre todo, más justas.
La tarea no es sencilla, pero sí urgente. Convertir los datos en decisiones inteligentes es un paso clave para lograr políticas que funcionen y que realmente cambien vidas.