Alerta la OCDE: se encarece el comercio y baja el crecimiento
SANTO DOMINGO.-Cerrarse al mundo no es la salida. Ni garantiza seguridad ni asegura progreso. Repatriar las cadenas de suministro —una idea impulsada con fuerza por distintos gobiernos tras las disrupciones provocadas por la pandemia, la guerra en Ucrania o las tensiones con China— podría convertirse en un boomerang económico global.
Así lo advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un inform que recoge Europa Press, en el que alerta que esta estrategia puede provocar una caída de hasta el 18% en el comercio mundial y una pérdida de más del 5% del PIB global.
El estudio presentado este lunes por la OCDE, en vísperas de su reunión ministerial anual, desmonta el argumento más repetido por quienes impulsan la relocalización: la promesa de mayor estabilidad. En cambio, los datos del informe revelan que las cadenas de suministro nacionales no ofrecen mayor resiliencia ante crisis globales que los esquemas interconectados.
“La estabilidad del PIB se reduciría en más de la mitad de las economías analizadas”, afirma el informe, contradiciendo la creencia de que traer la producción a casa hace más seguras a las economías.
Relocalizar cuesta caro y no mejora la resistencia sistémica
El análisis detalla que los países altamente integrados en redes de valor internacionales podrían sufrir pérdidas de entre el 1,1% y el 12,2% de su PIB al forzar la repatriación de producción. Y no solo eso: los costos se disparan sin garantizar ni estabilidad, ni independencia, ni seguridad en el suministro.
“La idea de que lo local es siempre más confiable no se sostiene con evidencia”, alerta la OCDE. “Los costos superan los beneficios si se pretende reconstruir la economía como una fortaleza”.
A pesar de ello, la concentración de las importaciones se ha incrementado notablemente en las últimas dos décadas. El número de productos que provienen de un número limitado de proveedores ha crecido un 50% desde finales de los años 90. Esta tendencia, advierte la OCDE, aumenta la vulnerabilidad frente a choques externos.
Y hay un protagonista claro: China. Su participación en la concentración de las importaciones globales pasó del 5% al 30% en 25 años. Mientras tanto, la cuota conjunta de Estados Unidos, Alemania y Japón cayó del 30% al 15%, demostrando un cambio profundo en el mapa del comercio.
No destruir lo que ha funcionado
Durante la presentación del informe, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, hizo un llamado a la sensatez:
“Responder a los temores sobre la seguridad del suministro con medidas extremas puede generar distorsiones no deseadas”.
Cormann pidió un enfoque equilibrado y cooperativo para reforzar las cadenas de suministro, sin renunciar a los beneficios que ofrece el comercio internacional: competencia, innovación, eficiencia y crecimiento.
“Si queremos que el comercio siga siendo la base de la prosperidad compartida, debemos garantizar la confiabilidad sin romper los vínculos que nos conectan”, concluyó.