La séptima edición de The Epicure inauguró su ciclo 2025 con una gala inolvidable en Paradisus Grand Cana
Punta Cana, R.D. — Si la cocina es un lenguaje, el chef Yong Wu Nagahira es un poeta que escribe con cuchillos. Así quedó demostrado la noche del 30 de mayo en el Paradisus Grand Cana – All Suites, donde arrancó la séptima edición de The Epicure by Paradisus, una serie de experiencias culinarias que mes a mes convierten el buen comer en arte vivo.
La jornada inaugural no pudo tener un protagonista más perfecto. Parisino de raíces japonesas, Wu es el creador de Ikigai, el restaurante con alma que ha conquistado a críticos y paladares en Europa por su manera única de fusionar las cocinas japonesa, francesa y mediterránea. En Punta Cana, su presencia no fue simplemente una participación: fue una declaración de principios.
Un ritual con sabor a mar
La noche comenzó con un desfile de platos que hicieron del sushi mucho más que una especialidad: lo elevaron a performance. Nigiris de hamachi con yuzu kosho, sashimis de lubina sobre hojas de shiso, temakis que explotaban en frescura. Todo maridado con precisión quirúrgica por sommeliers que entendieron que cada sorbo debía ser tan revelador como el bocado que lo precedía.
Este evento no fue para comer rápido. Fue para detenerse. Para observar cómo las manos del chef moldeaban arroz como si esculpiera jade. Para oler el sutil humo del alga nori tostada al momento. Para entender que detrás de cada corte hay una filosofía.
Gastronomía que educa
Una de las joyas de la velada fue la masterclass privada donde Wu, con una serenidad casi zen, compartió sus técnicas más personales. Desde cómo seleccionar un buen pescado hasta el porqué del ángulo exacto al filetear. Los asistentes —entre ellos chefs locales, periodistas y amantes del buen sushi— no solo aprendieron recetas, sino respeto. Respeto por el producto, por la cultura, por la estética.
La fusión con la identidad dominicana
El evento también celebró un maridaje cultural inesperado: el de Wu con el chef local Carlos Estévez, defensor del movimiento slow food. Estévez aportó ingredientes de proximidad y una mirada sostenible que enriqueció la propuesta sin desentonar. Fue un recordatorio de que lo local y lo global pueden dialogar sin perderse, si hay intención y técnica.
Una experiencia a fuego lento
The Epicure no es un festival gastronómico al uso. Es un viaje curado. Un lujo que se vive sin ostentación, en ambientes íntimos, con propuestas de alta cocina pensadas para emocionar. La edición 2025 promete continuar esta ruta de placer sensorial con chefs de renombre, cenas de múltiples tiempos, música en vivo y una puesta en escena digna de los mejores escenarios.
Lo vivido en Paradisus Grand Cana fue mucho más que una cena de sushi. Fue una celebración de la precisión, del equilibrio y del arte de dar sabor sin perder el alma. La próxima cita está en agenda. Pero la noche de Yong Wu ya es historia —una que, sin duda, merecerá contarse una y otra vez.
