Esta potencia armamentista también promueve en el mercado sus armas más novedosas salidas de su gigantesca estructura de defensa.
Todo indica, por lo menos hasta el momento, que Rusia no está dispuesta a ceder en la guerra en Ucrania, y ante ello, de nada han valido los esfuerzos encaminados por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Parecería que el gobierno de Vladimir Putin utiliza el conflicto ucraniano, que lleva tres años, como “laboratorio de pruebas” anticipadas ante una eventual III Guerra Mundial.
Esta potencia armamentista también promueve en el mercado sus armas más novedosas salidas de su gigantesca estructura de defensa, capaz de competir con todas las otras potencias dueñas del mundo.
No se puede olvidar, que esta guerra no es tan solo contra Ucrania, sino que también, los rusos pelean ahora ante los países europeos occidentales, como Francia, Reino Unido y Alemania, quienes apoyan al régimen de Volodímir Zelenski con financiamientos económicos y entrega de armas.
Definitivamente, la República Federativa de Rusia es una enorme maquinaria de guerra o una inmensa fábrica de armas bélicas, capaz de perdurar en el tiempo sin afectar su economía.
Demasiados recursos como petróleo, ferroníquel, oro y uranio tienen los rusos en el interior de su inmenso territorio de 17,1 millones de Km2, el más grande del mundo.
Pero, sobre todo, Rusia tiene una de las principales industrias de defensa mundial, utilizando innovadoras tecnologías en la fabricación de misiles, aviones, drones y helicópteros de guerra de última generación.
En sí, Rusia es una sólida mole armamentista preparada para una guerra de largo alcance, lo que representa un desafío para Occidente.
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia y exministro de Defensa, Serguéi Shoigú, dijo recientemente que las armas rusas serán muy demandadas tras finalizar la guerra en Ucrania.
Sustentó esa apreciación, en el uso de tecnologías modernas aplicadas en la fabricación de esos equipos y artefactos, entre ellos, «los sistemas de defensa antiaérea», en particular los misiles S-400, S-500 y los sistemas Pantsir, además de «los drones, los blindados modernizados», entre los que citó los tanques rusos T-80 y T-90.
Los rusos han incrementado su producción general de armas y en el caso de los blindados, han multiplicado por diez su fabricación, según reporte de la agencia TASS.
Cita histórica, China y Rusia: ¿binomio inseparable?
Sus líderes se vieron nuevamente la cara y sonrieron de buenas ganas en la solemne ceremonia de conmemoración del 80 aniversario de la rendición de las tropas alemanas nazis ante el ejército rojo ruso, acontecimiento que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
Los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin encabezaron los actos protocolares en la emblemática Plaza Roja de Moscú, a la que asistieron igualmente, decenas de mandatarios y personalidades mundiales.
Dicho encuentro, transmite un claro mensaje: China y Rusia están unidas y decididas a defenderse mutuamente en medio de un complejo mundo geopolítico en el que el poderío militar define las estrategias de seguridad a seguir y, es garantía, de predominio, control y estabilidad fronteriza.
Ambos países conservan un matrimonio que aparenta ser inquebrantable y con rasgos de eternidad.
Ninguno de los dos podrá coexistir dividido porque están conscientes de su misión histórica y de los desafíos que deberán asumir como potencias mundiales, entrelazadas en sólidas relaciones políticas, económicas, estratégicas, diplomáticas y de seguridad.
Xi Jinping apelando a expresiones metafóricas y reflexivas al arribar a Moscú, capital de la Federación de Rusia, graficó el vínculo entre ambas naciones como "inquebrantable" y complementó que Rusia y China deberían ser "amigos de acero".
El acero, es un componente de hierro y carbono, poderosamente sólido y prácticamente imposible de desdoblar, mucho menos, destruir.
Tanto el liderazgo chino como el ruso están conscientes de su papel ante la historia, pero, sobre todo, en un escenario mundial tan dividido, complejo y cargado de armas nucleares.
Unidas contra Occidente
Las dos superpotencias saben que separada sería muy difícil afrontar con éxito la eventual embestida de Occidente, que, aunque ahora en el gobierno de Donald Trump, luce disgregada, nunca se debe subestimar su capacidad de acción y poderío militar.
El fantasma de una tercera guerra mundial sigue latente y es evidente que el armamentismo entre las potencias mundiales tiene el propósito de protegerse mutuamente y defender sus intereses, fronteras y territorialidad.
¿Pueden Rusia y China contribuir a la edificación de un mundo nuevo donde predomine el intercambio recíproco entre los países, que permita viabilizar un escenario internacional alejado de las guerras?
La humanidad clama por el cese de las confrontaciones armadas y por la inversión de recursos económicos para fortalecer los programas e investigaciones científicas que puedan curar el cáncer, el VIH/SIDA, creación de empleos para los jóvenes y facilidades para su incorporación al mercado laboral.
Las guerras dejan destrucción y divisiones y si miramos lo que sigue ocurriendo en los conflictos Israel-Palestina y Rusia-Ucrania veremos que, el saldo de muertes, desaparecidos, niños huérfanos y familias destruidas aumenta.
Vivir sin guerras
Lo ideal y constructivo es levantar un mundo sin guerras para que florezcan las oportunidades de crecimiento y desarrollo de las naciones que luchan por salir de la pobreza.
El programa de aviones de combate F-35 representó más de US $60.000 millones del gasto militar estadounidense en 2024, según un nuevo informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.
Estados Unidos sigue siendo, con diferencia, el mayor inversor militar del mundo: casi un billón de dólares en 2024, precisa dicho informe.
Juntos, Washington y Beijing tuvieron casi la mitad del gasto militar mundial en 2024.
Así, el gasto global en armamento ha alcanzado niveles récord, con 2,44 billones de dólares en 2023. Ello refleja una creciente preocupación ante la seguridad global, impulsada por conflictos como el de Ucrania y las tensiones en Oriente Medio y Asia. Las naciones que más gastan en armamento son Estados Unidos, China, Rusia, India y Arabia Saudita.
Artículo de Manuel Díaz Aponte