El PLD condena medida fiscal injusta porque familias más pobres serían las grandes perdedoras con esta ley
Nueva York, EE.UU. – Crece la indignación entre la comunidad dominicana en Estados Unidos ante la posible aprobación de un nuevo impuesto del 3.5% sobre las remesas internacionales, promovido por el Gobierno de Donald Trump y avalado por la Cámara de Representantes.
Desde la seccional estatal del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en Nueva York, su presidente, Luis Lithgow, manifestó su “profunda preocupación y firme rechazo” a lo que calificó como un acto de doble tributación que afectará directamente a miles de familias dominicanas.
Lithgow advirtió que, si se suma este nuevo impuesto al 7% de comisión por transferencia que cobran las remesadoras, el ingreso neto que reciben los hogares dominicanos se reduciría hasta en un 10.5%.
Impuesto afectará remesas que garantizan salud, educación y alimentación
“En un país donde más de un millón de personas dependen de las remesas, este recorte representa un golpe devastador que puede empujar a muchas familias hacia la pobreza”, señaló Lithgow, en declaraciones a medios locales.
Añadió que el 85% de las remesas que recibe República Dominicana provienen de Estados Unidos, lo que en 2024 representó un total de US$10,756 millones.
Con el recorte proyectado, el país dejaría de percibir alrededor de US$960 millones, lo que afectaría de manera directa gastos básicos como alimentación, salud y educación en los sectores más empobrecidos.
El dirigente del PLD también criticó la ausencia de una respuesta oficial firme por parte del gobierno dominicano. “No basta con declaraciones diplomáticas genéricas. Se necesita una diplomacia activa, firme y regionalmente coordinada”, enfatizó.
La legislación ahora pasa al Senado de Estados Unidos, donde se espera sea discutida antes del 4 de julio, Día de la Independencia.
Mientras tanto, organizaciones políticas y sociales dominicanas en el exterior se preparan para movilizaciones y campañas de presión en defensa del derecho a enviar remesas sin penalización fiscal adicional.
“Es inaceptable que se busque sanear las finanzas de un país poderoso sacrificando a los más pobres del continente,” concluyó Lithgow.