El contraste visual explica por qué se ven distintas según el color del coche.
Cualquiera que tenga coche lo ha sufrido alguna vez: aparcar en la calle, volver horas después y encontrar el capó o el techo decorado con manchas blancas o negras. No es solo un fastidio para la limpieza; también despierta una pregunta curiosa: ¿por qué las heces de paloma se ven blancas en coches oscuros y negras en coches claros?

Aunque no existen estudios científicos que analicen esta diferencia visual según el color del vehículo, la explicación se encuentra en la biología de las aves y en cómo percibimos los colores.
A diferencia de los mamíferos, las palomas no tienen vejiga ni separan la orina de las heces. En su lugar, expulsan todo por una única abertura llamada cloaca. Esto incluye una parte sólida —las heces como tal, generalmente marrones o verdosas— y otra blanca y pastosa compuesta por ácido úrico, que cumple la función de excreción nitrogenada, el equivalente a la orina en estas aves.
El resultado es una mancha bicolor: blanco y oscuro mezclados de forma irregular. Sin embargo, lo que varía no es la excreción, sino el fondo sobre el que cae. En un coche negro, el ácido úrico blanco resalta. En un coche blanco, ese mismo ácido se camufla, y lo que más llama la atención es la parte oscura. Lo que percibimos es, simplemente, un efecto de contraste visual.
Este fenómeno tiene más que ver con nuestros ojos que con lo que hacen las palomas. Ellas no eligen el color del coche para modificar su excremento; la composición siempre es la misma. Pero la percepción humana se centra en lo que más resalta sobre el fondo.
Más allá de la curiosidad cromática, hay un motivo serio para actuar rápido cuando encontramos estas manchas: el ácido úrico es poco soluble en agua, lo que le permite adherirse con fuerza a la pintura del coche. Dejarlo mucho tiempo sin limpiar puede causar daños permanentes.
Según el Museo de Historia Natural del Reino Unido, esta sustancia no solo se pega con facilidad, sino que puede contribuir al deterioro de materiales si no se retira pronto. Además, un estudio publicado en el European Journal of Ecology en 2021 indica que las palomas que se alimentan de comida procesada —pan, bollería, restos de basura— pueden producir excrementos aún más ácidos, lo que agrava el efecto corrosivo.
¿La mejor defensa? Limpiar las heces cuanto antes, antes de que se sequen. También conviene evitar aparcar bajo árboles, cornisas o estructuras donde las palomas suelen posarse. No existe una solución mágica, pero un trapo húmedo a tiempo puede salvarte de una factura en el taller de pintura.
Así que la próxima vez que veas una mancha en tu coche, ya sabrás que no es magia ni castigo: es biología más óptica. Y un buen recordatorio para llevar siempre un paño a mano.