Nueva herramienta climática supera modelos clásicos con menor coste computacional
Un modelo de inteligencia artificial desarrollado por Microsoft Research ha irrumpido con fuerza en el mundo de la predicción meteorológica, dejando atrás los sistemas clásicos que durante décadas dominaron la ciencia del clima. La nueva tecnología climática supera modelos clásicos con menor coste computacional al tiempo que consigue una predicción más precisa del clima con datos masivos y veloces.
Se trata de Aurora, una IA entrenada con más de un millón de horas de datos geofísicos y capaz de anticipar con mayor precisión fenómenos como ciclones tropicales, calidad del aire u olas oceánicas. La revista Nature recoge los detalles del avance, que promete marcar un antes y después en el pronóstico del sistema terrestre.

Detrás de esta innovación se encuentra Paris Perdikaris, profesor en la Universidad de Pensilvania y director de investigación en Microsoft Research AI for Science. “Hemos desarrollado un modelo fundacional a gran escala que supera a varios sistemas operativos especializados, y lo hace con una fracción del coste computacional”, señala el investigador.
Aurora no solo predice mejor, sino que también rompe récords de eficiencia. Mientras que los modelos dinámicos tradicionales requieren años de desarrollo, este sistema se entrenó en apenas 8 semanas. Y lo hizo con un equipo técnico reducido y aprovechando el legado de datos generados por décadas de investigación numérica.
Más aciertos, menos coste y posibilidad de adaptación infinita
El rendimiento de Aurora supera al de siete centros internacionales de predicción meteorológica. En trayectorias de ciclones a cinco días, acertó en el 100 % de los casos, y en pronósticos a diez días logró una tasa del 92 %.
El resultado anterior se logra con una capacidad de cálculo muy inferior a la que necesitan los modelos tradicionales, lo que abre la puerta a una democratización del acceso a sistemas de predicción avanzados.
Además, Aurora puede escalarse con facilidad y ajustarse a múltiples aplicaciones. El equipo internacional que lo desarrolló —con científicos de Austria, Países Bajos, Reino Unido y Taiwán— destaca que puede generar conjuntos de predicciones para escenarios de alta incertidumbre, como fenómenos muy localizados o pronósticos a largo plazo. “Aún no hemos alcanzado el límite de lo que Aurora puede hacer”, aseguran los autores.
Aunque el modelo todavía necesita de las condiciones iniciales generadas por sistemas tradicionales, los investigadores confían en que próximamente pueda operar directamente sobre datos observacionales.
Además, se estudia si los patrones que Aurora identifica pueden correlacionarse con procesos físicos concretos, lo que abriría nuevas vías para interpretar y entender el comportamiento climático.
De la meteorología a la agricultura: una IA con múltiples usos
Aurora no solo promete transformar la predicción del clima a nivel planetario. Su capacidad de modelar procesos complejos con rapidez y precisión puede extenderse a otros campos: productividad agrícola, crecimiento vegetal, patrones de polinización o fenómenos extremos como incendios forestales e inundaciones.
Según sus creadores, este sistema puede adaptarse a cualquier tarea de predicción deseada. Y todo ello con costes cada vez más bajos. “Estamos ante un cambio de paradigma en la modelización climática y sus aplicaciones”, concluye Perdikaris.
En un mundo cada vez más vulnerable al cambio climático y los fenómenos extremos, Aurora podría convertirse en una herramienta clave para anticipar, proteger y actuar. Una nueva era en la inteligencia del clima ha comenzado. Con datos de la agencia SINC.