Revolución Ciudadana se ausenta y tilda la investidura de ilegítima
QUITO Ecuador.- Este sábado, Daniel Noboa juró como presidente de Ecuador para un nuevo periodo que se extenderá hasta 2029, en una ceremonia marcada por la tensión política y la ausencia de la principal fuerza opositora, Revolución Ciudadana. El acto tuvo lugar en la Asamblea Nacional, donde Noboa defendió su legitimidad y renovó su compromiso con una lucha frontal contra el crimen organizado.
En su discurso de investidura, el mandatario no escatimó en declaraciones combativas: “Estamos en una guerra por el alma del país”, declaró, describiendo su gestión como una cruzada contra estructuras criminales infiltradas en el Estado. Noboa advirtió que no se trata de delincuencia común, sino de redes armadas y financiadas que buscan desestabilizar la institucionalidad ecuatoriana.
El presidente reivindicó su primer mandato —que comenzó en 2023 tras vencer en elecciones anticipadas— como una etapa de rescate nacional: “Rescatamos al país del abismo económico, de las mafias y de la guerra”. También criticó con dureza a sus antecesores, a quienes responsabilizó del saqueo y la corrupción que, según él, llevaron al país al borde del colapso. En contraste, se presentó como una figura perseguida que ahora encarna el renacer institucional del país.
Sin embargo, la investidura no estuvo exenta de controversia. Revolución Ciudadana, el partido liderado por el expresidente Rafael Correa, decidió boicotear la ceremonia al considerar ilegítimo el proceso electoral que llevó a Noboa a la presidencia. En un comunicado, calificaron la investidura como una “farsa” nacida del fraude electoral y argumentaron que su candidata, Luisa González, fue la más votada en la primera vuelta.
El bloque opositor acusó a Noboa de ineficiencia y negligencia, señalando que durante su corto primer mandato no ejecutó ni el 15% de los fondos destinados a áreas clave como salud, educación y seguridad. “Eso no es gestión, es improvisación”, sentenciaron. Además, defendieron su ausencia como un acto de coherencia y valentía política frente a lo que consideran un montaje institucional.
La vicepresidenta María José Pinto también asumió oficialmente su cargo, completando la fórmula de Acción Democrática Nacional (ADN) que se impuso en segunda vuelta con el 55,83% de los votos. La ceremonia contó con la presencia de líderes internacionales como Dina Boluarte (Perú), Gustavo Petro (Colombia), y representantes de Estados Unidos y China, evidenciando la atención regional e internacional que despierta la coyuntura ecuatoriana.
El nuevo mandato de Noboa arranca con grandes desafíos: restaurar la seguridad, reactivar la economía y superar la fractura política interna. Pero también con dudas sobre su capacidad de gobernabilidad en un país profundamente polarizado. Mientras el presidente promete una lucha “sin miedo” contra los enemigos del Estado, la oposición lo acusa de debilitar la democracia desde su origen. El futuro político de Ecuador, una vez más, se escribe en medio del conflicto.