Una ofensiva de autodefensas deja decenas de muertos inocentes
La Conferencia Episcopal de Haití ha lanzado una grave denuncia este fin de semana: decenas de personas fueron masacradas en el valle de Artibonite, al norte del país, en un nuevo episodio de violencia atribuido a grupos de autodefensa.
La tragedia ocurrió en la localidad de Préval, en la comuna de Petite Rivière de l’Artibonite, y se suma al largo historial de horror que azota a Haití desde hace años a causa del dominio creciente de bandas armadas, reseña Europa Press.
En una nota de condolencia recogida por la agencia AlterPresse, la Conferencia confirmó el asesinato del pastor Jacques Brutus, de 86 años, el martes 20 de mayo de 2025, en medio de los enfrentamientos. Aunque los obispos no ofrecieron una cifra exacta de víctimas, fuentes locales contabilizan al menos 24 muertos hasta el momento.
Según los reportes, el ataque habría sido una represalia violenta de diversas coaliciones de autodefensa tras un enfrentamiento anterior con la temida banda armada Gran Grif, que acabó con la vida de uno de sus miembros, identificado como parte del círculo del jefe local conocido como Ti Mepri.
Horas después, los grupos de autodefensa de Bois-La Ville, Tapèyèn, Ponsondé, Chandel, Barrière-Léon y Jean-Denis se coordinaron para ejecutar lo que describieron como una "operación de castigo", que terminó en una matanza que ha estremecido incluso a los sectores más acostumbrados al caos en Haití.
"La coalición de autodefensa nos ha masacrado, y la Policía no aparece por ningún lado. La situación es gravísima", declaró Bertide Horace, portavoz de la Comisión de Diálogo y Concienciación, quien ha exigido presencia y acción del Estado.
Mientras tanto, el balance de violencia general en el país sigue siendo escalofriante. La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) ha informado que entre enero y marzo de 2025, al menos 1.617 personas han muerto por la violencia de pandillas, autodefensas y operativos policiales.
En ese periodo, los heridos superan los 580, y los desplazados internos ya pasan del millón, lo que representa un aumento del 48 % en comparación con septiembre de 2024.
De las víctimas mortales, el 85 % eran hombres, el 13 % mujeres y el 2 % niños, según un reciente informe publicado por la ONU.
En este contexto desolador, la Iglesia Católica haitiana levanta la voz para exigir respuestas claras, acciones concretas y protección para la población civil, atrapada entre el terror de las pandillas y la violencia de grupos armados que operan en el vacío de autoridad.