La NOAA pronostica un aumento significativo en ciclones y huracanes este año
Nueva York.–La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha advertido que la temporada de huracanes 2025 en el Atlántico será más activa de lo habitual, con un 60 % de probabilidad de superar el promedio histórico. Este ciclo ciclónico inicia oficialmente el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre, una etapa tradicionalmente marcada por fenómenos devastadores.
El último pronóstico emitido por la NOAA revela que se esperan entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales entre 6 y 10 podrían evolucionar a huracanes. Además, se estima que entre 3 y 5 de ellos alcanzarían categoría mayor (3, 4 o 5) en la escala Saffir-Simpson, con vientos superiores a los 179 km/h.
Ken Graham, director del Servicio Nacional de Meteorología, señaló en una conferencia que "estamos prediciendo una temporada por encima del promedio, una vez más. Las cifras no dejan espacio a la complacencia".
Se forma antes de lo previsto la primera onda tropical
A pocos días del inicio formal de la temporada, ya se ha detectado la primera onda tropical del año en el Atlántico tropical. Aunque este sistema aún no representa amenaza directa, su aparición anticipada genera inquietud sobre la intensidad del periodo ciclónico que se avecina.
Desde 1953, los huracanes atlánticos reciben nombres preestablecidos para facilitar la comunicación y el monitoreo. Para 2025, los ciclones llevarán los siguientes: Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Nestor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tanya, Van y Wendy.
Este listado, que rota cada seis años y se modifica solo si un nombre queda retirado por daños extremos, refleja la seriedad con la que se preparan los organismos meteorológicos para la temporada.
Anomalías térmicas y patrones climáticos sostienen la alerta regional
Los expertos de NOAA identifican varios factores que alimentan este pronóstico elevado. Uno de los más relevantes son las altas temperaturas oceánicas, tanto en el Atlántico tropical como en el mar Caribe, que aportan energía crucial para el desarrollo de ciclones intensos.
Asimismo, las condiciones ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) se mantienen en estado neutro, lo que históricamente ha estado relacionado con un aumento de la actividad ciclónica en el Atlántico.
El llamado a la población es claro: prepararse con antelación, revisar los planes de emergencia, y mantenerse atentos a las alertas oficiales. La naturaleza ha comenzado a dar señales, y los pronósticos sugieren que este no será un año cualquiera en materia de huracanes.