Alimentación precaria y pobreza aumentan amputaciones entre los latinos
Nueva York. – Una radiografía médica y social acaba de confirmar lo que muchos intuían: los hispanos en Nueva York están en el centro de una tormenta de salud pública. Los latinos no solo presentan una de las tasas más altas de diabetes (14%), sino que también lideran el número de amputaciones por complicaciones asociadas a esta enfermedad.
En 2022, más de 3,100 neoyorquinos perdieron extremidades inferiores debido a la diabetes. Entre ellos, latinos y afroamericanos registraron tasas de amputación más del doble (53 y 63 por cada 100,000, respectivamente) que los blancos (24 por cada 100,000).
El riesgo se dispara aún más entre hombres adultos (71 por cada 100,000), superando con creces a las mujeres (21 por cada 100,000) escribe Fernando Martínez para El Diario, que toma como fuente el nuevo informe “Diabetes y desigualdades de salud entre los adultos de NYC”, publicado por el Departamento de Salud de la ciudad (DOHMH),
El vínculo entre esta devastadora situación y la pobreza es innegable: las tasas de amputación fueron tres veces mayores entre quienes viven en barrios de muy alta pobreza, como ciertas zonas del Bronx.
La realidad es clara: quien nace y vive en condiciones económicas precarias tiene menos oportunidades de evitar estas consecuencias dramáticas.
La dieta del hambre: harinas baratas, azúcar alta y salud quebrada
El 80% de las amputaciones está directamente relacionado con complicaciones de la diabetes. Y detrás de ese número frío, hay historias como la de Sol Martínez, una inmigrante mexicana diagnosticada recientemente.
“Es muy difícil dejar las harinas, el arroz blanco, el pan… Lo barato casi siempre es chatarra”, confiesa. La inseguridad alimentaria condiciona la salud de miles de hispanos que, como ella, comen lo que pueden, no lo que deben.
En 2022, se estimaba que alrededor de 800,000 adultos neoyorquinos vivían con diabetes, es decir, más del 11% de la población adulta. Pero esa cifra crece con la edad: un 26% de los mayores de 65 años la padecen.
La enfermedad no impacta por igual: mientras en vecindarios ricos el diagnóstico apenas llega al 8%, en zonas de alta pobreza sube hasta el 15%, como en Hunts Point, Fordham o Morrisania, todos en el Bronx.
Healthy NYC: receta contra la desigualdad y enfermedad crónica
Ante este panorama alarmante, la ciudad ha lanzado el plan “HealthyNYC”, una ambiciosa estrategia de salud pública que busca reducir en un 5% la diabetes y enfermedades cardiovasculares en un plazo de siete años.
La comisionada de Salud, Dra. Michelle Morse, reconoció que las diferencias son “marcadas e inaceptables” y aseguró que están “trabajando en un plan claro para revertir estas tendencias”.
Este plan apunta a las raíces del problema: cambiar la cultura alimentaria en hospitales públicos, mejorar el acceso a frutas, vegetales y cereales integrales, y reducir el consumo de bebidas azucaradas, carnes procesadas y exceso de sodio.
También busca enfrentar la inseguridad alimentaria, que afecta a más de la mitad de los adultos con diabetes en NYC, comparado con un 37% entre quienes no la padecen.
En definitiva, el informe retrata una ciudad partida en dos: una donde la alimentación saludable es posible y la diabetes se puede prevenir, y otra donde la pobreza convierte cada comida en una ruleta rusa para la salud. Y los latinos están, nuevamente, del lado más vulnerable.
