Los ciudadanos americanos quedarían exentos, pero no está claro si los residentes legales también lo estarían.
Una propuesta legislativa que circula en el Congreso de Estados Unidos ha encendido las alarmas en la República Dominicana. El economista Richard Medina, miembro del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), advirtió sobre los posibles efectos negativos de gravar las remesas enviadas por no ciudadanos estadounidenses, una medida que —de aplicarse— podría afectar a cientos de miles de dominicanos en el exterior y a sus familias en el país.
“República Dominicana recibe cada año unos 11 mil millones de dólares en remesas, lo que equivale al 8 a 10 % del Producto Interno Bruto nacional. Cargar con un impuesto estos envíos es una decisión peligrosa y contraproducente”, afirmó Medina.
Actualmente, residen en EE. UU. alrededor de 2,4 millones de dominicanos, según el economista. De ellos, 1,2 millones son nacidos allí, y unos 800 mil cuentan con ciudadanía estadounidense. Esto deja fuera de esa categoría a unas 400 mil personas, que serían las más expuestas a la eventual aplicación del impuesto.
“Los ciudadanos americanos quedarían exentos, pero no está claro si los residentes legales permanentes con ‘green card’ también lo estarían”, advirtió.
Una medida que mezcla intereses políticos y consecuencias económicas
Medina señaló que esta iniciativa tiene un trasfondo más complejo de lo que aparenta. “Desde el ángulo político, la intención es restringir la transferencia de riqueza hacia países extranjeros. Pero, económicamente, se trata de una acción ilógica que podría tener efectos colaterales profundos”, apuntó.
Según explicó, muchos dominicanos podrían intentar evadir el impacto utilizando a familiares con ciudadanía estadounidense para enviar el dinero, aunque esto implicaría nuevas barreras logísticas y legales.
Además, alertó sobre un posible aumento de los costos y controles de transferencia, ya que los operadores de remesas tendrían que verificar formalmente el estatus migratorio del remitente.
El llamado: vigilar el proceso legislativo y proteger a los hogares
Para Medina, lo más urgente ahora es que las autoridades dominicanas y la comunidad en EE. UU. den seguimiento cercano al avance del proyecto de ley. A su juicio, la estabilidad de miles de hogares dominicanos depende del libre y constante flujo de remesas, no solo como un ingreso económico, sino como un sustento vital en tiempos de crisis.
“La economía dominicana está profundamente conectada con su diáspora. No podemos permitir que decisiones ajenas debiliten esa conexión esencial para el bienestar del país”, concluyó el economista.
Este debate, aún en curso en el Capitolio estadounidense, se perfila como una de las discusiones más sensibles para la relación entre EE. UU. y su comunidad dominicana en los últimos años.