Melanio Paredes llamó a dejar de culpar a los maestros por las deficiencias del sistema educativo: son parte de la solución
Santo Domingo. – La educación dominicana navega en tres siglos distintos a la vez, advirtió el ex ministro de Educación Melanio Paredes, al señalar que los contenidos que se imparten en las aulas siguen anclados en el siglo XIX, los docentes fueron formados con enfoques del siglo XX, y los estudiantes tienen expectativas propias del siglo XXI.
Durante su participación en el programa El Sol de la Tarde, Paredes alzó la voz a favor del profesorado dominicano y llamó a la opinión pública a dejar de culpar a los maestros por las deficiencias del sistema educativo.
“Los maestros no son el problema, son parte de la solución. Debemos acompañarlos en este proceso de transformación, no enfrentarlos”, expresó el también miembro del Comité Político del PLD.
El ex funcionario lamentó que desde sectores mediáticos y políticos se proyecte una imagen distorsionada del gremio docente, particularmente hacia la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), cuando —a su juicio— es precisamente allí donde se encuentra el potencial transformador del sistema educativo.
Diplomado busca actualizar la pedagogía dominicana
Paredes resaltó como ejemplo concreto el diplomado “Gestores de Procesos Formativos”, un programa diseñado para dotar a los educadores de herramientas pedagógicas alineadas con las demandas contemporáneas.
La iniciativa, que impulsa junto a la ADP y el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), ya ha comenzado a mostrar resultados alentadores.
“Actualmente el diplomado impacta a 237 líderes magisteriales, pero nuestra meta es llegar a 43,000 docentes en dos años, para poner en sus manos las estrategias del siglo XXI que tanto necesitan nuestras aulas”, explicó.
Paredes insistió en que la formación continua de los maestros es el eje del cambio que requiere el sistema educativo, y que cualquier intento de reforma debe partir del fortalecimiento del rol docente.
En su intervención, el ex ministro reafirmó que la educación es un derecho público irrenunciable, pero subrayó que eso no debe confundirse con centralismo estatal rígido.
A su entender, el sistema debe abrirse a nuevas formas de gestión, más participativas y flexibles, que pongan el foco en la calidad del aprendizaje y en la formación integral de los estudiantes.