Compromiso global busca acceso equitativo a vacunas y tratamientos
En una jornada considerada clave para el futuro de la salud global, los 194 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron por consenso el primer Acuerdo Mundial sobre Pandemias, una herramienta legal sin precedentes que tiene como objetivo garantizar un acceso equitativo y oportuno a vacunas, tratamientos y diagnósticos en futuras emergencias sanitarias.
El acuerdo fue aprobado el martes 20 de mayo durante la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada en Suiza, luego de tres años de negociaciones intergubernamentales impulsadas por las lecciones dejadas por la pandemia de la covid-19, que afectó a más de 700 millones de personas y dejó más de siete millones de fallecidos, reseña la agencia IPS
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS indico que ahora el mundo es más seguro, gracias al compromiso y liderazgo de los Estados miembros de la organización. Declaró que el acuerdo es un triunfo para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral.
Nuevo tratado busca justicia sanitaria y solidaridad global real
El acuerdo establece las bases para un marco de cooperación internacional centrado en la distribución justa de recursos médicos durante las pandemias.
Entre sus elementos clave figura la creación de un sistema que obligará a los fabricantes de medicamentos a entregar el 20% de su producción a la OMS en tiempo real, para su distribución según criterios de salud pública, con prioridad para los países en desarrollo.
También se contempla la creación de una red mundial de logística y suministro para eliminar barreras al acceso de productos esenciales durante emergencias, así como un mecanismo de reparto de beneficios ligado al uso de patógenos y conocimientos científicos compartidos.
Por primera vez, un tratado internacional solicita a los Estados que vinculen la inversión pública en investigación médica a condiciones como precios asequibles, licencias abiertas y transferencia de tecnología.
Soberanía nacional y participación voluntaria garantizadas en el texto final
El acuerdo, aunque ambicioso, no otorga autoridad legal a la OMS para intervenir en las políticas internas de los países firmantes. El texto aclara que ninguna disposición puede interpretarse como una cesión de soberanía, y no impone obligaciones como confinamientos, mandatos de vacunación o restricciones a viajeros.
Teodoro Herbosa, presidente de la 78.ª Asamblea y director del Departamento de Salud de Filipinas precisó que el tratado no interfiere en la legislación interna de ningún país. Dijo que es una oportunidad única para aplicar lo aprendido durante la pandemia y evitar repetir errores.
El acuerdo entrará en vigor una vez alcance 60 ratificaciones, y servirá como marco para nuevas acciones, como la negociación de un anexo técnico sobre acceso a patógenos, que será revisado en la Asamblea Mundial del próximo año.
A pesar de sus limitaciones —incluyendo la negativa de algunos sectores políticos en Estados Unidos—, el acuerdo representa un hito del multilateralismo sanitario en un mundo marcado por crecientes tensiones geopolíticas.
“No podemos permitirnos otra catástrofe como la de la covid-19”, concluyó Tedros. “Este acuerdo es el compromiso colectivo de que no volveremos a estar desprevenidos”.