Congreso estudia medidas que afectarían a millones de familias migrantes
Nueva York.-Las remesas familiares enviadas desde Estados Unidos hacia países de Centroamérica y el Caribe podrían enfrentar nuevas cargas impositivas si prosperan varias iniciativas legislativas actualmente en discusión en el Congreso estadounidense.
Esa posibilidad despierta serias preocupaciones por el posible impacto económico y social en países que dependen de esos fondos para sostener el consumo, la inversión y la estabilidad de millones de hogares.
Propuestas con implicaciones migratorias y recaudatorias
Entre las propuestas más controversiales se encuentra una iniciativa republicana que contempla imponer un impuesto del 5% a las remesas enviadas por personas que no poseen ciudadanía estadounidense, incluyendo titulares de visas y residentes permanentes. El objetivo, según sus impulsores, es generar recursos para el fisco y desincentivar la inmigración ilegal.
Una versión más severa es la denominada Ley WIRED, impulsada por el senador J.D. Vance, que plantea gravar con un 10% todas las remesas enviadas por personas sin estatus migratorio legal. Esta propuesta contempla incluso multas de hasta $500 dólares y penas de cárcel para quienes eludan el pago del tributo.
A nivel estatal, Oklahoma ya aplica desde 2009 un impuesto sobre transferencias: $5 por montos menores a $500 y un 1% por cifras superiores. Estados como Florida, Ohio y Pensilvania estudian adoptar esquemas similares.
Consecuencias para economías vulnerables
La implementación de estos impuestos tendría efectos directos sobre las economías de países como El Salvador, Honduras, Guatemala y República Dominicana, donde las remesas representan entre el 10% y el 25% del PIB. En Honduras, por ejemplo, más del 80% de las remesas provienen de EE.UU.
Los expertos advierten que estas medidas podrían:
- Reducir el volumen de remesas enviadas.
- Forzar el uso de canales informales, menos seguros y más costosos.
- Aumentar la vulnerabilidad económica de millones de familias dependientes.
- Disminuir la transparencia financiera, afectando el sistema bancario local.
República Dominicana ante un posible nuevo escenario
En el caso dominicano, el impacto sería considerable. En 2024, la República Dominicana recibió US$10,756 millones en remesas, con un incremento del 5.9% respecto al año anterior. De ese total, aproximadamente el 83% provino de la diáspora dominicana en EE.UU., particularmente en Nueva York, Nueva Jersey, Florida y Massachusetts.
Este flujo de ingresos no solo es esencial para el consumo familiar, sino que dinamiza sectores como la construcción, educación, y comercio local.
Aunque las propuestas aún están en fase de debate y no han sido aprobadas, su potencial implementación plantea una amenaza directa al sustento económico de millones de familias en la región.
Si se materializan dichas propuestas podrían reconfigurar el mapa de las relaciones económicas entre Estados Unidos y Latinoamérica, especialmente en lo que respecta a la migración, cooperación y desarrollo.