Cien mil fieles aclaman el mensaje de paz del Pontífice en su primer Regina Caeli
Vaticano, Europa Press. La Plaza de San Pedro volvió a latir con fuerza este domingo 11 de mayo. Bajo un cielo despejado y con los ecos de músicas de todo el mundo, unas 100.000 personas se congregaron para vivir el primer Regina Caeli del nuevo Papa León XIV. Fue un acto cargado de emoción, espiritualidad y un fuerte mensaje que, como señalaron muchos asistentes, “el mundo necesita más que nunca”: la paz.
Desde primeras horas de la mañana, ciudadanos romanos y peregrinos internacionales fueron ocupando el corazón del Vaticano. Banderas ondeando, cánticos espontáneos y una alegría contenida marcaban la espera. A todo ello se sumó el colorido desfile de decenas de bandas musicales procedentes de distintos rincones del mundo, que animaron la Via della Conciliazione con un espíritu festivo y multicultural.
A las 12:00 en punto, León XIV apareció por primera vez en el balcón central de la Basílica de San Pedro para dirigir el tradicional rezo del Regina Caeli. El Pontífice fue recibido entre vítores, aplausos y cientos de teléfonos móviles en alto, intentando captar el instante. Su rostro sereno y su saludo cercano conmovieron a los presentes.
Pero el momento más aclamado llegó cuando el Papa alzó la voz para pedir por la paz mundial. “Hoy, más que nunca, los poderosos del mundo deben escuchar el clamor de los pueblos: no más guerras”, exclamó. Un mensaje directo que arrancó aplausos espontáneos y alguna lágrima en el público.
A diferencia de su antecesor, Francisco, León XIV entonó el Regina Caeli con voz firme y clara. Durante la oración, el silencio reverente de la multitud transformó la plaza en un templo al aire libre.
Entre los asistentes, destacaba un grupo de 42 religiosas de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, con una gran bandera de España. Procedentes de diversas regiones como Galicia, Aragón y Cataluña, las hermanas expresaron su alegría tras el acto. “Ha sido muy emotivo. Creemos que ha sido el Espíritu quien movió el corazón de los cardenales”, dijo Sor María. También destacó el llamado del Papa a las vocaciones y su insistencia en la paz: “Nos ha recordado que debemos empezar por lo pequeño, desde lo cotidiano, para construir la paz”.
La jornada cerró con imágenes tan entrañables como insólitas: un grupo de mariachis saliendo de la plaza al ritmo de Cielito lindo, y peregrinos de distintas nacionalidades intercambiando abrazos y sonrisas.
Mari, una panameña del Camino Neocatecumenal que viajó con un grupo de 50 personas, resumió el sentimiento compartido: “Es una gran bendición tener Papa y orar con él. Sus palabras de paz son el reflejo de lo que significa ser cristiano: vivir y defender la paz”.
El primer Regina Caeli de León XIV ha dejado huella. No solo por la multitud que lo acompañó, sino por el mensaje urgente, sencillo y profundo que resonó desde el Vaticano hacia el mundo: solo juntos, paso a paso, se puede construir la paz.