Robert Prevost asume el papado con una historia marcada por la crítica social
En un giro histórico para la Iglesia católica, el cardenal Robert Prevost fue elegido como el nuevo Papa León XIV, convirtiéndose en el primer pontífice nacido en Estados Unidos. Su elección ha despertado una ola de reacciones tanto dentro como fuera del ámbito religioso, no solo por su nacionalidad, sino también por su historial en redes sociales, donde se expresó críticamente respecto a figuras como Donald Trump y el actual vicepresidente JD Vance.

Antes de llegar al trono de San Pedro, Prevost era prefecto del Dicasterio para los Obispos y uno de los colaboradores más cercanos del Papa Francisco, a quien ayudó a elegir obispos y cardenales clave. Su fuerte vínculo con Latinoamérica y su defensa de temas sociales lo perfilaban ya como una figura influyente en la estructura eclesial. Pero fue su presencia esporádica en la red social X (antes Twitter) lo que ha captado la atención de analistas y medios.
- En abril pasado, Prevost compartió una publicación que criticaba a Trump y al presidente salvadoreño Nayib Bukele por burlarse de la deportación de un inmigrante en Maryland. El mensaje, de un comentarista católico, enlazaba a un artículo donde el obispo Evelio Menjívar cuestionaba el silencio de los fieles ante el caso: “¿No les molesta la conciencia? ¿Cómo pueden callarse?”, se preguntaba.
Prevost también compartió en febrero un artículo del National Catholic Reporter que refutaba declaraciones de Vance sobre la jerarquía del amor cristiano, según las cuales primero deben amarse los más cercanos antes que los extranjeros. “JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que prioricemos nuestro amor por los demás”, repetía el cardenal en su red.
Aunque su actividad digital ha sido limitada, algunos mensajes rescatados pintan a un religioso comprometido con causas progresistas: la defensa de los inmigrantes, el control de armas y la justicia racial. Tras el tiroteo masivo en Las Vegas en 2017, Prevost retuiteó una crítica al Congreso por su inacción. Ese mismo año, expresó su apoyo a los “Dreamers” y al programa DACA.
La reacción desde el ámbito político estadounidense no tardó. Vance, convertido al catolicismo en 2019 y quien se reunió con Francisco un día antes de su fallecimiento, felicitó públicamente a Prevost. Trump, por su parte, escribió en Truth Social: “Es un gran honor saber que es el primer Papa estadounidense. ¡Qué emoción y qué gran honor para nuestro país!”.

Mientras tanto, figuras conservadoras como Laura Loomer criticaron sus posturas, llamándolo “otra marioneta marxista en el Vaticano”. Charlie Kirk fue más cauto, aunque advirtió sobre su “disposición a abrir fronteras”.
En contraste, los expresidentes George W. Bush y Joe Biden elogiaron la elección. “Momento histórico y esperanzador”, dijo Bush. Biden, segundo presidente católico de EE. UU., celebró: “Habemus papam — Que Dios bendiga al papa León XIV de Illinois”.
En menos de 24 horas, la cuenta en X del nuevo papa superó los 200.000 seguidores. Mientras el mundo católico observa su próximo paso, muchos se preguntan qué tipo de liderazgo ejercerá el pontífice que llega al Vaticano con una mezcla de tradición, compromiso social y un pasado digital que ya genera controversia.
Un pontificado bajo la lupa
¿Será León XIV un continuador del legado de Francisco? Sus acciones como cardenal sugieren que sí: fue un firme defensor de los migrantes —apoyó el programa DACA— y crítico de la violencia armada. Pero su silencio reciente en redes deja interrogantes.
Lo cierto es que, en una Iglesia dividida entre tradición y reforma, el primer Papa estadounidense llega con un bagaje político inusual. Y el mundo observa.
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