El primer ministro Sharif celebra la defensa aérea y acusa a India de vínculos con grupos armados
En un nuevo episodio de tensión entre dos potencias nucleares, Pakistán ha respondido con contundencia a los recientes ataques aéreos de India en la región de Cachemira. El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, elogió la actuación de las Fuerzas Armadas, destacando la eficacia de la defensa aérea que logró derribar varias aeronaves indias. Sharif también acusó a India de mantener vínculos con grupos armados como el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA) y Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), y advirtió que cualquier escalada podría llevar a una confrontación nuclear.
El conflicto se intensificó tras un atentado en la localidad india de Pahalgam, en Cachemira, que dejó 26 muertos. India atribuyó el ataque a grupos terroristas con presuntos vínculos con Pakistán y lanzó una ofensiva aérea en respuesta. Pakistán, por su parte, negó cualquier implicación y calificó los ataques indios como un acto de agresión. El ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, advirtió que si India continúa escalando la situación, podría desencadenarse una confrontación nuclear.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto. Organizaciones como la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) han instado a ambos países a ejercer moderación y a buscar soluciones diplomáticas para evitar una catástrofe nuclear.
El enfrentamiento entre India y Pakistán en Cachemira ha sido una fuente constante de tensión desde la partición de la India británica en 1947. Ambos países han librado varias guerras por el control de la región y han mantenido una relación marcada por la desconfianza y los enfrentamientos esporádicos. La reciente escalada pone de manifiesto la fragilidad de la paz en la región y la necesidad urgente de un diálogo sostenido para resolver las disputas pendientes.
Mientras tanto, la población civil en ambas naciones sufre las consecuencias de este conflicto prolongado. Las tensiones han provocado desplazamientos, cierres de escuelas y hospitales, y un aumento en la inseguridad y el miedo entre los habitantes de las zonas afectadas. La comunidad internacional continúa observando con atención, esperando que prevalezca la diplomacia sobre la confrontación.