Las bandas armadas ya controlan el 90% de Puerto Príncipe, incluyendo puertos, fronteras y vías estratégicas
El ex cónsul de Haití en República Dominicana y actual director de la Fundación Zile, Edwin Paraison, ha lanzado una advertencia contundente: su país se encuentra sumido en una “situación explosiva e insostenible”, dominado por bandas armadas que hoy controlan hasta el 90 % del territorio de Puerto Príncipe, incluidas zonas estratégicas como puertos y pasos fronterizos.
En declaraciones ofrecidas en el programa Propuesta de la Noche por Teleimpacto, Paraison denunció que la ausencia de respuestas internacionales eficaces, el colapso institucional haitiano y la impunidad del crimen organizado han empujado al país al borde del caos total.
Las armas que alimentan a estas pandillas, aseguró, provienen principalmente de Estados Unidos, sobre todo del sur de la Florida. “Las autoridades norteamericanas están al tanto, pero no hay acciones concretas para detener el tráfico”, afirmó, señalando también la utilización de la frontera dominico-haitiana como ruta clave para introducir armamento ilegal.
Peor aún, hay evidencia de que miembros de la Policía haitiana han participado activamente en estas operaciones. “Algunos oficiales han sido parte del negocio”, declaró Paraison.
Según él, bandas como Katsamawozo controlan puntos críticos como Jimaní-Malpaso y Elías Piña-Belladère, imponiendo “peajes” ilegales a comerciantes, entre ellos mujeres del comercio informal, conocidas como madamsara, quienes han sido blanco de violencia armada.
Bandas fueron creadas y financiadas por sectores políticos y empresariales
Paraison denunció que el origen del problema es político: las bandas surgieron como fuerzas informales al servicio de partidos y empresarios, que buscaban controlar territorios sin la presencia del Estado.
“Con el tiempo, estos grupos se desvincularon de sus patrocinadores y ahora se imponen incluso sobre las instituciones del gobierno”, explicó.
Durante los gobiernos de Michel Martelly y Jovenel Moïse, según Paraison, se intentó formalizar a las bandas, e incluso se contempló crear una federación de grupos armados con asesoría internacional. “La idea era convertirlos en una especie de fuerza de seguridad paralela, pero el plan fracasó rotundamente”, subrayó.
Hoy, las bandas han invadido espacios públicos y medios de comunicación, como el caso de Radio Panic en Mirbalais, ubicada frente al consulado dominicano, que ahora funciona bajo el control de criminales.
Respecto al Consejo Provisional de Transición, Paraison fue claro: “No tiene capacidad real para restablecer el orden ni organizar elecciones creíbles. Un proceso electoral serio requiere al menos dos años de preparación, y ya estamos a mitad de 2025”, advirtió.
Un pueblo que sobrevive bajo una amenaza constante de violencia y miedo
A pesar de la violencia, el país sigue funcionando en apariencia. Paraison reconoció que comerciantes, trabajadores y familias continúan con su vida cotidiana, aunque en medio de un entorno dominado por el miedo, los tiroteos y los secuestros.
“Puerto Príncipe es una moneda con dos caras: una población que resiste, y un sistema criminal que devora lo que queda del Estado”, reflexionó.
Finalmente, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para no abandonar al pueblo haitiano. “No es justo que haya fondos para guerras en otros continentes, pero no para salvar a Haití”, concluyó con firmeza.