La ofensiva india reaviva tensiones históricas entre dos potencias nucleares vecinas
Una nueva espiral de violencia se desató este miércoles entre India y Pakistán, tras un bombardeo masivo lanzado por la Fuerza Aérea india sobre lo que describió como “infraestructuras terroristas” en territorio paquistaní y en la región de Cachemira administrada por Islamabad. La ofensiva, parte de la llamada Operación Sindoor, ha dejado al menos 26 muertos y 46 heridos, según fuentes oficiales paquistaníes.
Los ataques se produjeron días después de un atentado en la localidad turística de Pahalgam —en la Cachemira india— que dejó también 26 fallecidos y que fue atribuido al grupo Frente de Resistencia, vinculado a Lashkar-e-Taiba, una organización armada con antecedentes de violencia transfronteriza. India acusa directamente a Pakistán de proteger y financiar a estos grupos.
Mientras tanto, el Ejército paquistaní afirma haber derribado cinco aviones indios y varios drones como respuesta inmediata. “India ha cruzado una línea roja”, advirtió el vocero militar, general Ahmed Sharif, asegurando que las bombas cayeron en zonas civiles como Kotli y Muzaffarabad, incluso alcanzando una mezquita, lo que ha provocado “numerosas bajas entre población inocente”.
Pakistán convoca al consejo de seguridad y declara emergencia nacional
Desde Islamabad, la reacción ha sido inmediata y contundente. El primer ministro Shehbaz Sharif calificó el ataque como un “acto cobarde de agresión no provocada” y advirtió que su país responderá con “decisión y fuerza”. Además, convocó de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional, al tiempo que aseguraba que “la moral de la nación permanece inquebrantable”.
El presidente Asif Ali Zardari se sumó a la condena, calificando la ofensiva como una “clara violación del Derecho Internacional” y denunciando que la India de Narendra Modi está dispuesta a “sacrificar la paz regional para servir su agenda política interna”. Según Zardari, “estas acciones cobardes desenmascaran la verdadera cara del régimen fascista indio”.
La ministra principal de Punjab, Maryam Nawaz, declaró estado de emergencia en la provincia y ordenó el cierre inmediato de todos los centros educativos. “Cada centímetro de Pakistán será defendido como parte de nuestra fe”, dijo en un discurso dirigido a la población.
La comunidad internacional insta a evitar una escalada armada directa
El Ministerio de Defensa de India afirmó que su operación fue una respuesta “precisa y contenida”, negando haber atacado instalaciones militares paquistaníes. Según fuentes del gobierno indio, más de 70 supuestos terroristas fueron abatidos y otros 60 resultaron heridos, “degradando significativamente sus capacidades”.
Aun así, el temor a una guerra abierta crece. Estados Unidos, China y Naciones Unidas han llamado a ambas potencias a mantener abiertas las vías diplomáticas y abstenerse de acciones que puedan desencadenar una escalada de consecuencias impredecibles.La relación entre India y Pakistán, marcada por más de siete décadas de desconfianza y conflicto, se agrava una vez más en una de las regiones más militarizadas del mundo. Con dos potencias nucleares enfrentadas y acusaciones mutuas de terrorismo y agresión, el equilibrio en Asia del Sur vuelve a pender de un hilo. Con datos de Europa Press.