El estudio analiza cómo cambia la percepción de los hombres sobre violencia, masculinidad e igualdad tras pasar por el Centro Conductual del Ministerio Público.
SANTIAGO (República Dominicana). – Un estudio realizado por Ineiry Peña Matías, estudiante de Psicología de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), revela cómo cambia la percepción de hombres agresores tras asistir al Centro de Intervención Conductual del Ministerio Público en Santiago.

La investigación, presentada recientemente, recoge las voces de 150 hombres bajo terapia, quienes han ejercido violencia física, económica, psicológica o han cometido actos de acoso. El enfoque principal fue entender cómo estas terapias afectan su visión sobre la violencia, la masculinidad tradicional y la igualdad de género.
Según los hallazgos, el 34% de los encuestados tiene entre 25 y 34 años, lo que refuerza la idea de que la etapa de adultez temprana es crítica para la reproducción de conductas violentas. Muchos de los participantes provienen de entornos con violencia normalizada y una cultura machista arraigada, según señaló Peña.
La investigación, titulada “Eficiencia e impacto del modelo de intervención conductual para hombres en la percepción de la violencia, masculinidad e igualdad de género”, fue presentada en un acto encabezado por la fiscal titular de Santiago, Quirsa Abreu Peña, y Gladisleny Núñez, directora de la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia de Género.
También participaron figuras como la activista feminista y abogada María Jesús Pola (Susy Pola), la docente Calley Connors (PUCMM), y representantes de CEDI-Mujer y el Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM).
Rosa Rojas, psicóloga y directora del centro, afirmó que el programa busca no solo reducir la violencia de género, sino también transformar a los agresores para evitar la reincidencia. “Es posible cambiar, siempre que se les brinde acompañamiento y se les confronte con sus creencias aprendidas”, señaló.
El estudio comparó las creencias de los usuarios antes y después de las terapias, y aporta datos que pueden servir de base para mejorar políticas públicas contra la violencia de género.