Comienza un proceso histórico bajo estricto silencio y vigilancia total
El Vaticano entra desde este miércoles 7 de mayo en una nueva etapa clave: arranca el Cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. 133 cardenales menores de 80 años serán los protagonistas del evento más reservado y trascendental de la Iglesia Católica, que se celebrará en la Capilla Sixtina, símbolo del poder espiritual y del misterio divino.
Este Cónclave se caracteriza por ser uno de los más diversos y abiertos de la historia moderna: participan cardenales de todos los continentes, desde el veterano Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid con 79 años, hasta el más joven, Mikola Bychok, australiano de tan solo 45.
Europa domina con 53 representantes, seguida de América con 37 (16 norteamericanos, 4 centroamericanos y 17 sudamericanos), Asia con 23, África con 18 y Oceanía con 4, destaca Europa Press.
En total, 108 cardenales fueron creados por Francisco, 22 por Benedicto XVI y 5 por san Juan Pablo II. Entre los españoles participantes figuran José Cobo, arzobispo de Madrid; Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; Cristóbal López, arzobispo de Rabat; Ángel Fernández Artime, proprefecto del dicasterio para la Vida Consagrada; y el obispo de Córcega, Francisco Javier Bustillo. Se excusaron por salud Antonio Cañizares y Vinko Puljic.
Los preparativos incluyen vigilancia digital y ceremonias litúrgicas rigurosas
Este lunes 5 de mayo, personal técnico, médicos, guardias suizos y trabajadores de servicios juraron secreto absoluto, lo que marca oficialmente el aislamiento de la Capilla Sixtina.
Además, se desactivarán todos los sistemas de telecomunicación, incluidos los móviles, hasta el final del proceso, según anunció la Gobernación del Estado Vaticano.
La Misa “Pro eligendo Pontifice”, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, será celebrada a las 10:00 horas. Por la tarde, a las 16:30, los cardenales se reunirán en la Capilla Paulina para rezar antes de entrar en la Capilla Sixtina, donde cantarán el "Veni, Creator Spiritus", prestarán juramento y se dará inicio al Cónclave.
Dentro de la capilla, se han instalado bancos especiales y dos estufas: una de hierro fundido de 1939 para quemar votos, y otra conectada desde 2005 que produce la señal de humo negro o blanco.
Votaciones diarias y el misterio de la fumata blanca esperada
Las reglas son claras: para ser elegido, el candidato deberá alcanzar una mayoría de dos tercios (89 votos). Se realizarán cuatro votaciones diarias —dos por la mañana y dos por la tarde— con pausas obligatorias tras cada grupo de siete votaciones sin resultado. Si la elección no se produce, se reduce la lista a los dos más votados, aunque ellos no podrán votar por sí mismos.
En caso de bloqueo persistente, se contempla una jornada de oración, reflexión y diálogo antes de retomar las votaciones. Esta práctica busca preservar la unidad espiritual y evitar fracturas internas en el colegio cardenalicio.
Mientras tanto, Roma y el Vaticano se han blindado. La Plaza de San Pedro y la Vía della Conciliazione cuentan con diez pantallas gigantes listas para transmitir en directo el momento histórico. Miles de fieles ya se congregan a la espera de la esperada fumata blanca, símbolo del anuncio: "Habemus Papam".
Aunque no hay un favorito indiscutible, los nombres más mencionados incluyen al italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, clave en la diplomacia vaticana en los últimos años. Su perfil moderado y su experiencia le otorgan peso entre los cardenales. Aun así, reina la prudencia: “quien entra Papa, sale cardenal”.
El futuro del catolicismo está en manos de 133 hombres. El mundo espera, con los ojos puestos en una chimenea que, como tantas veces en la historia, anunciará el rumbo espiritual de más de mil millones de creyentes.