La industria cinematográfica considera inviable el nuevo escenario de producción global
La industria del entretenimiento estadounidense ha entrado en estado de alarma tras el anuncio del expresidente Donald Trump de aplicar un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera de Estados Unidos.
La medida, revelada a través de su red Truth Social, ha generado una ola de críticas entre productores, distribuidores y plataformas de streaming, tanto en territorio estadounidense como en el extranjero.
Trump ha calificado las producciones extranjeras como una "amenaza para la seguridad nacional", alegando que además de desplazar talento fuera del país, introducen “mensajes y propaganda” no deseados. “La industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente”, escribió el exmandatario. “Queremos cine hecho en Estados Unidos otra vez”.
Sin embargo, en lugar de proteger a Hollywood, la medida podría asfixiarla aún más. “¿Entonces James Cameron no podría rodar Avatar en el extranjero?”, cuestionó un productor británico consultado por Deadline. “¿Quién pagará esos aranceles? ¿Los distribuidores? ¿Los estudios? Esto hundirá a los independientes. No se le puede imponer a los creadores dónde contar sus historias”.
Las plataformas de streaming, que han crecido sobre un modelo de producción descentralizada y distribución global, también serían víctimas colaterales. “Esto afecta gravemente a servicios como Netflix, Amazon o Max. Si no puedes exportar contenido extranjero al mercado estadounidense, pierdes la mitad del modelo de negocio”, explicó un agente de ventas internacional.
Otro productor añadió que lejos de generar más empleo local, la política “hará inviables las producciones de bajo y mediano presupuesto”, lo que implicaría una reducción de proyectos, despidos masivos de guionistas, técnicos, asistentes de producción, y menor inversión en posproducción y efectos especiales. Incluso las superproducciones se verían obligadas a reducir su volumen de rodajes debido al aumento de costes.
Impacto comercial global y consecuencias para el festival de cannes
La controversia estalló en la antesala del Festival de Cannes, que inicia el 13 de mayo, y cuya dinámica podría verse fuertemente afectada. Una productora estadounidense advirtió que “estas medidas ya están frenando las ventas en mercados como China, y si se aplican en Cannes, los compradores no querrán asumir riesgos con películas que podrían quedar bloqueadas en EE.UU.”.
“Es una bomba justo antes del festival. Aunque no se implemente de inmediato, la incertidumbre basta para congelar negociaciones”, expresó una distribuidora europea. “La industria apenas comenzaba a levantarse tras las huelgas de guionistas y actores. Esto nos vuelve a paralizar”.
Las reacciones no se han limitado al mundo empresarial. Gobiernos extranjeros ya han comenzado a movilizarse. En Australia, el ministro de Asuntos Internos, Tony Burke, declaró que había conversado con el director de Screen Australia para defender a la industria local. “No hay duda de que protejeremos nuestros derechos audiovisuales con firmeza”, dijo.
Desde Nueva Zelanda, el primer ministro Christopher Luxon también anticipó su rechazo: “Seremos grandes defensores de nuestro sector cinematográfico. Estudiaremos cada detalle y actuaremos en consecuencia”. En Reino Unido, Caroline Dinenage, presidenta del Comité de Cultura del Parlamento, advirtió: “Hacer más difícil la producción en el Reino Unido perjudica a las empresas estadounidenses que ya invirtieron aquí”.
El Gobernador de California rechazó tajantemente la propuesta.
En Estados Unidos, el gobernador de California, Gavin Newsom, rechazó tajantemente la propuesta. Su portavoz Bob Salladay afirmó que Trump no tiene autoridad legal para imponer este tipo de aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), ya que los impuestos comerciales no figuran entre los mecanismos previstos.
Mientras tanto, Newsom busca aprobar un plan de incentivos fiscales de 750 millones de dólares anuales para fomentar la producción local en cine y televisión, atrayendo nuevamente proyectos que han migrado a Canadá, México, Europa del Este o Nueva Zelanda por sus beneficios fiscales y menor costo de operación.
La batalla apenas comienza, pero el golpe de Trump promete repercusiones globales. Y la pregunta que flota sobre Hollywood es directa: ¿protegerá esta medida al cine estadounidense o acelerará su aislamiento y debilitamiento? con datos de Europa Press.