Washington endurece su postura frente al caos creciente en Haití
Nueva York.— En una movida de alto calibre diplomático, Estados Unidos ha designado oficialmente como organizaciones terroristas a las bandas criminales haitianas Gran Grif y Viv Ansanm, responsables de una ola de violencia extrema en el país caribeño.
La decisión llega en medio de una escalada de asesinatos, secuestros y desplazamientos forzados que han puesto a Haití al borde del colapso.
La medida, anunciada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, incluye sanciones económicas y legales contra ambas estructuras, ahora catalogadas como “organizaciones terroristas transnacionales”.
Esta calificación bloquea sus activos, impide transacciones internacionales y penaliza a cualquier individuo o entidad que ofrezca “asistencia material o recursos” a dichas bandas.
Las pandillas ejercen un dominio brutal sobre zonas estratégicas haitianas
La coalición Viv Ansanm, integrada por más de 20 pandillas armadas, ha sembrado el terror principalmente en Puerto Príncipe y áreas circundantes.
Por su parte, Gran Grif, con fuerte presencia en regiones rurales, ha sido señalada por cometer atrocidades sistemáticas contra civiles y comunidades vulnerables.
Ambas agrupaciones han consolidado un poder paralelo, desafiando al Estado y contribuyendo al deterioro del orden público.
Según cifras de Naciones Unidas, más de 1.600 personas han sido asesinadas y otras 580 han resultado heridas durante el primer trimestre de 2025 como consecuencia directa de la violencia criminal.
Además, el número de desplazados internos supera ya el millón, lo que representa un alarmante aumento del 48 % en comparación con septiembre de 2024.
Norteamérica refuerza sanciones mientras Haití se desangra sin gobierno estable
Los actos de violencia más graves han sido documentados en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, así como en los departamentos de Artibonito, Central y Norte.
El avance implacable de estos grupos armados ha generado una crisis humanitaria sin precedentes, mientras la comunidad internacional debate cómo intervenir sin agravar la situación.
Con estas nuevas sanciones, Washington envía un mensaje contundente: las pandillas haitianas no solo representan una amenaza local, sino un riesgo regional con implicaciones globales.
La designación como entidades terroristas marca un cambio de estrategia y podría abrir el camino a acciones más agresivas en el terreno diplomático, financiero e incluso militar.