Escasez de profesionales amenaza el acceso a la salud pública del continente
Un informe reciente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha encendido las alarmas: 14 países del continente americano no cuentan con el personal médico suficiente para atender las necesidades básicas de su población. Esta situación podría convertirse en una crisis de salud pública regional si no se toman medidas inmediatas.
Según el informe “La fuerza de trabajo en salud en las Américas: datos e indicadores regionales”, que recoge la agencia IPS, de mantenerse la tendencia actual, la región podría enfrentar un déficit de hasta dos millones de trabajadores sanitarios para el año 2030.
Aunque el continente muestra una densidad promedio de 66,57 trabajadores de salud por cada 10.000 habitantes —superior al umbral de 44,5 establecido por la OMS— las disparidades entre países son alarmantes. Haití, Honduras y Nicaragua figuran entre los más rezagados, mientras que Estados Unidos y Cuba casi cuadruplican la meta.
Por debajo del umbral de la OMS están Haití, Honduras, Nicaragua, Bolivia, San Cristóbal-Nevis, Jamaica, Belice, Guatemala, Venezuela, Santa Lucía, Colombia, República Dominicana y Perú.
Amplían la brecha factores como la limitada capacidad formativa, el envejecimiento de la fuerza laboral, la migración (especialmente en el Caribe) y la distribución desigual.
Brechas estructurales afectan partería, psicología y atención comunitaria
Los factores que agravan la escasez son múltiples: la capacidad limitada de formación, la migración del talento, el envejecimiento de los profesionales y una distribución geográfica desigual que penaliza a las zonas rurales.
Estos desafíos se reflejan en ocupaciones clave como la partería, concentrada solo en algunos países del Caribe y Sudamérica, y la psicología, con datos disponibles solo en 14 países, a pesar de su papel crucial en la salud mental.
Asimismo, la falta de datos confiables sobre trabajadores de salud comunitarios limita el diseño de políticas eficaces. Solo Brasil y algunos países caribeños mantienen registros sólidos.
En cuanto a la enfermería, se trata de la ocupación con más representación (y mayor presencia femenina, con un 89,78 %), pero su disponibilidad varía drásticamente: desde 131,5 por cada 10.000 habitantes en EE.UU., hasta apenas 3,84 en Haití.
La formación y retención son clave para sistemas sanitarios resilientes
Las cifras también revelan un fenómeno de feminización de la medicina en un tercio de los países, donde ya hay más mujeres que hombres ejerciendo como médicas. Sin embargo, el envejecimiento profesional es un reto inminente: en Estados Unidos y Guatemala, casi la mitad de los médicos tiene 55 años o más.
Desde la OPS, el llamado es claro: fortalecer los sistemas de información, invertir en formación estratégica, regular condiciones laborales y diseñar políticas para retener el talento.
Como expresó Jarbas Barbosa, director del organismo: “No se trata solo de tener más profesionales, sino de que estén en los lugares correctos y cuenten con las capacidades necesarias para responder a las demandas de la población”.