El mundo cuenta con 10.000 centros de datos en 164 países, la mayoría en economías industrializadas.
América Latina y el Caribe apenas representan el 4,8 % de la infraestructura mundial de centros de datos, frente al 38,5 % de Estados Unidos o el 17,7 % del resto del G7. Sin embargo, el mercado regional podría duplicar su valor, pasando de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares en 2023 a cerca de 10.000 millones en 2029, con hasta 15 hiperescaladores en 2032, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Los centros de datos —instalaciones físicas clave para el almacenamiento, procesamiento y gestión de enormes volúmenes de información digital— son el pilar de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), la computación en la nube y las redes 5G.
Actualmente, el mundo cuenta con aproximadamente 10.000 centros de datos en 164 países, pero la mayoría están concentrados en economías industrializadas.
América Latina concentra poco y depende de inversiones externas
En esta región, la infraestructura digital está altamente concentrada: Brasil lidera con 37,2 % de los centros de datos y los únicos dos hiperescaladores; lo siguen Chile (13,4 %), México (12,3 %), Colombia (8,4 %) y Argentina (6,8 %). Juntos, representan más del 78 % del total regional. Países como Perú y Panamá apenas suman un 3,1 % cada uno.
Por su parte, el Caribe solo cuenta con 2 % de esta infraestructura, lo que deja a muchas naciones dependientes de centros ubicados en otros países y sujetos a sus regulaciones de privacidad.
En 2024, la inversión en centros de datos en la región superó los 2.000 millones de dólares, en su mayoría provenientes del extranjero. Esta dinámica refuerza el dominio de empresas e inversionistas internacionales, que continúan modelando el ecosistema digital de América Latina.
El reto energético y ambiental exige medidas sostenibles urgentes
El crecimiento acelerado de estos centros no está exento de desafíos. Consumen entre 10 y 50 veces más electricidad que un edificio comercial estándar, y pueden requerir hasta 25,5 millones de litros de agua al año para refrigeración, lo que equivale al consumo anual de unas 300.000 personas.
Ante este panorama, gobiernos y empresas han comenzado a priorizar energías renovables y tecnologías de enfriamiento más sostenibles. En Chile, empresas líderes se han comprometido a operar con energía 100 % renovable para 2025, y Brasil está apostando fuertemente por la energía solar y eólica para abastecer la creciente demanda.
Pero los esfuerzos actuales no bastan. El PNUD advierte que el futuro digital de la región dependerá de una estrategia coordinada, con regulación clara, infraestructura local y cooperación regional.
Sin centros de datos propios y principios firmes, usar IA es como correr una maratón sin zapatos adecuados: se puede avanzar, pero lentamente y con más desgaste.
El desafío ya no es si América Latina vivirá un auge digital, sino si lo liderará o lo observará desde la sombra.
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