Ocho aspirantes comienzan su preparación para servir con ética y justicia
La Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ) dio la bienvenida al grupo 1-2025 del Programa de Formación de Aspirantes a Jueces y Juezas, compuesto por ocho jóvenes abogados y abogadas entre 28 y 38 años. En un acto encabezado por el presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Henry Molina, se reafirmó el compromiso de formar no solo técnicos del derecho, sino servidores públicos con profundo sentido humano.

Durante la ceremonia, el magistrado Molina destacó que ser juez implica más que aplicar normas: se trata de entender los contextos, actuar con empatía y proteger la dignidad humana. “En cada sentencia no hay solo papeles, hay vidas. Y eso exige una vocación ética y un respeto genuino por los derechos fundamentales”, afirmó.
La promoción está integrada por cinco mujeres y tres hombres: Cariluz Cote Santos, Elayne María Batista Acosta, Elvin Marino Herrera Guerrero, Indhira María Mejía Galván, Lilibeth Josefina Almánzar del Rosario, María Victoria Pérez Martínez, Oliver Alexander Acosta Peralta y Orlando Peña Gilfillan, provenientes de diversas universidades del país.
El director de la ENJ, Ángel Brito, instó a los participantes a abrazar esta carrera con humildad, servicio y conciencia del impacto de sus decisiones. “Ser juez es decidir conscientemente para otras personas. Atesoren la verdad procesal y el respeto al Estado de Derecho”, expresó.
Por su parte, la magistrada Marcia Raquel Polanco, egresada del mismo programa, felicitó al nuevo grupo y aseguró que la formación les brindará no solo conocimientos técnicos, sino también herramientas tecnológicas y una visión moderna de la justicia.
La capacitación se extenderá durante 24 meses e incluirá clases con expertos nacionales e internacionales, así como prácticas que vinculan la teoría jurídica con las realidades sociales. Desde el inicio del programa en 2002, han egresado 516 jueces, consolidando una judicatura cada vez más diversa, ética y profesional.
Esta nueva generación asume el reto con entusiasmo, conscientes de que la justicia no solo se dicta, también se construye día a día desde la empatía y el compromiso social.