El silencio del Estado alimenta el dominio de los criminales
La parálisis total en la comuna haitiana de Carrefour, ubicada en el área metropolitana de Puerto Príncipe, revela un hecho alarmante: las pandillas imponen su ley sin resistencia. Desde hace más de 24 horas, la zona permanece completamente cerrada por orden de Christ-Roi Chéry, alias Krisla, un líder criminal que, a través de las redes sociales, exigió el cierre de toda actividad pública y privada.
La convocatoria forma parte de una huelga de tres días que entra en su segunda jornada. La respuesta fue inmediata: escuelas cerradas, comercios sin actividad, organismos estatales inoperantes y solo los hospitales funcionando.
La obediencia fue casi absoluta, según el diario digital Vant Bèf Info que recoge Prensas Latina,
Bandas armadas se fortalecen mientras la policía permanece ausente
Este nuevo acto de fuerza no solo confirma el dominio territorial de los grupos armados, sino también la desaparición práctica del Estado en sectores clave. Krisla no solo desafía al gobierno, también propone un diálogo desde su posición de poder, exigiendo a las autoridades que se sienten a negociar con él "para establecer la paz".
El caso de Carrefour evidencia cómo las bandas armadas no solo controlan calles y barrios, sino que ahora también dictan las reglas económicas y sociales.
Así, la inseguridad ya no es una amenaza futura: es la realidad cotidiana de miles de haitianos abandonados a su suerte.