El país endurece su política de deportaciones masivas ¿quién hará el trabajo en los campos?
Santo Domingo.-La Dirección General de Migración (DGM) de la República Dominicana ha intensificado su ofensiva contra la inmigración irregular, con la repatriación de más de 76,000 haitianos indocumentados desde el 2 de octubre. Solo entre el 3 y el 9 de este mes, 7,027 personas fueron deportadas en operativos ejecutados en colaboración con las Fuerzas Armadas y otros organismos de seguridad.
Estas acciones, ordenadas por el gobierno de Luis Abinader, buscan cumplir la meta de deportar 10,000 haitianos cada semana, pero han generado tensiones diplomáticas y críticas por parte de sectores defensores de los derechos humanos.
En las detenciones de las 7,027 personas participaron, además de la DGM, miembros del Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada, la Policía Nacional y la unidad militar Fuerza de Tarea Ciudad Tranquila.

Los haitianos fueron ubicados en los centros de control establecidos en Haina, Santiago y Dajabón, donde son procesados y se verifica su estado en la República Dominicana.
En los centros se le toman huellas dactilares, fotografías y nombres.
También se verifica si son reincidentes y las veces en que han sido conducidos a su país de origen, indicó la DGM.
Juegos estos ciudadanos fueron regresados a su país por los puntos fronterizos de Elías Piña, Jimaní, Pedernales y Dajabón.
La institución responsable de ejercer el control de los flujos migratorios y la gestión de permanencia de los extranjeros en territorio nacional indicó que los trabajos de interdicción se ejecutan respetando la dignidad de los detenidos.
El impacto laboral: ¿quién hará el trabajo en los campos?
A pesar del énfasis en el control migratorio, la DGM reconoce la crisis que estas deportaciones masivas han desencadenado en sectores productivos clave como la agricultura y la construcción, que dependen de la mano de obra haitiana.
Por eso, representantes de la DGM se han reunido con empresarios para analizar soluciones viables que cumplan con las regulaciones migratorias sin comprometer las necesidades laborales.
El vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester ha planteado un levantamiento detallado para cuantificar la demanda de mano de obra extranjera y ha instado a los empleadores a contratar únicamente trabajadores legalmente regularizados.

Sin embargo, estas soluciones aún parecen insuficientes frente al vacío laboral dejado por los deportados.
Una política migratoria entre la dignidad y la necesidad
El gobierno dominicano sostiene que las deportaciones se realizan respetando la dignidad humana, con procedimientos que incluyen la identificación biométrica y el registro de reincidencias.
Sin embargo, muchos deportados enfrentan un retorno desesperante a Haití, donde la violencia y el colapso económico han llevado a miles a intentar cruzar nuevamente la frontera.
Tensiones internacionales y un futuro incierto
Estas medidas han provocado el rechazo inmediato del gobierno haitiano y han reavivado las tensiones entre ambos países.
Organismos internacionales y analistas advierten que sin una estrategia integral y colaborativa, la crisis migratoria solo continuará escalando, afectando tanto a los haitianos como a los dominicanos que dependen de ellos para sustentar sectores esenciales de la economía nacional.
El desafío ahora es claro: balancear una política migratoria estricta con la realidad económica y las obligaciones humanitarias en un contexto de creciente presión internacional.