Personajes sin ninguna experiencia conocida por sus familiares y vecinos, que de la noche a la mañana son miembros de ‘clubes de primera’ a base de sus cuentas bancarias no investigadas por nadie responsable.
No escondas lo que tienes, si lo obtienes con honradez, trabajo y buenas ganas. Podría ser este un buen lema para algunos, para evitar ‘que le caigan atrás’ por corruptos que luego piden clemencia, revisión de ‘medida de coerción’ o ‘prisión domiciliaria’.
Con abogados ambiciosos que defienden hasta lo indefendible, a sabiendas de que sus clientes son ricos y a la vez lacras que hacen daño a la humanidad.
En nuestro país, como en casi todos los del planeta, estos ‘señores’ no solo roban, maltratan y desprecian a los demás (incluyendo por supuesto a esos abogados que les sirven fiel y económicamente), sino que además se las dan de honrados.
Personas -por no llamarles despectivamente de otra manera- sin ningún valor moral y ético; supuestos comerciantes, empresarios, industriales y políticos que en cosa de poco tiempo lucen ricos y poderosos, y enemigos de los de ‘abajo’.
Personajes sin ninguna experiencia conocida por sus familiares y vecinos, que de la noche a la mañana son miembros de ‘clubes de primera’ a base de sus cuentas bancarias no investigadas por nadie responsable.
Sin ser dueños de medios de comunicación, se publican a diario en ellos sus opiniones- o las de quienes les hacen ese trabajo- hasta convertirlos en ‘figuras públicas’ importantes.
Opinan, esos personajes sin moral, de todo lo que existe en la bolita del mundo; se disfrazan de políticos, abogados, ingenieros, religiosos, agrimensores o artistas para emitir ‘sus juicios’, ante una opinión pública que anda tras los artistas urbanos, el hip hop y la cadenciosa bachata que azota todo el planeta.
Tenemos personeros tan atrevidos que hacen y conocen las leyes, pero las violan para sus propios beneficios, que son muchos.
¡Y al pueblo que se lo lleve quien lo creó!
Con ese tipo de ‘marchantes’ no vamos para parte alguna, aunque Abinader y el PRM programen planes y actividades que aspiran a mejorar la suerte de la mayoría de los dominicanos.
Claro, como no soy pesimista y entiendo que siempre se dan algunos cambios, espero que Miriam Germán, Yeny Berenice y el magistrado Camacho no se arrodillen ante nadie ni miren para otros lados, hasta tanto algunos de esos ‘ilustres señores’ sean condenados de manera ejemplar.
De ocurrir lo contrario, sería entonces necesario que en la UASD se introduzca una nueva materia: Cómo hacerse rico sin trabajar, sin ser honrado y sin ser llevado nunca a prisión.
Y claro, esa materia se impartiría en barrios y provincias de todo el país, y además en Nueva York, España, Puerto Rico, Miami y otros lugares donde vivan criollos amantes de lo ajeno, la publicidad y la codicia.
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