El Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos (CONACOPE) consideró que el presidente Luis Abinader con la afirmación de que favorece las tres causales para exceptuar la penalización del aborto ha expresado una posición personal y política que el conjunto de la comunidad cristiana del país no comparte.
El reverendo Adolfo Mateo, presidente de CONACOPE, expresó que las confraternidades de iglesias, pastores y líderes representados en la organización que preside están en desacuerdo con las tres causales con las que se pretende justificar el aborto sin ninguna penalización legal.
El pastor Mateo entiende que es oportuno apelar a la oración y prepararse para un debate en el que la comunidad evangélica, acompañada de otras corrientes afines, debe presentar sus convicciones en torno al significado y valor de la vida humana.
“El aborto no lo podemos ver de manera aislada, sino como parte de una agenda global que quiere desconocer el diseño de Dios para la vida con el establecimiento de prácticas y valores que son contrarios al propósito esencial para el que fuimos creados”.
Expresó que la comunidad evangélica tiene un ejercicio de reflexión sobre la vida que está en disposición de presentar de forma unificada y contundente. “Nosotros consideramos que lo más atendible en nuestra lucha contra el aborto es trabajar un enfoque de la sexualidad humana en general, incluyendo los puntos de vistas médicos, éticos y de salud pública en general, un enfoque encaminado a crear conciencia del valor y la dignidad de la vida”.
“Somos de los que creemos, conforme a lo que establece nuestra Constitución en su artículo 37, que el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte, por lo que entendemos que las afirmaciones del presidente Abinader, más que levantar antagonismos politiqueros, constituyen una oportunidad para que expliquemos la vida, no solo desde un punto religioso cerrado y dogmático, sino tomado en cuenta la sexualidad y sus propósitos, la familia, la ética, los derechos y los demás valores que nos definen como seres humanos”.
“Es oportuna la ocasión para decir que no solo se trata del derecho a nacer, se trata, además, del derecho a vivir con dignidad en un contexto que apunte a desarrollar políticas públicas y acciones privadas que valoren la vida, en especial de los más débiles y desprotegidos y ofrezcan alternativas posibles y viables para nuestras mujeres”, destacó el pastor Mateo.
Señaló que desde la comunidad evangélica se educa a los jóvenes para que puedan vivir su sexualidad de manera responsable. Explicó que desde las iglesias evangélicas es mucho lo que se hace en defensa de la vida, porque no solo se trata de oponerse al aborto, sino también de promover los valores del matrimonio y la familia como están consignados en las escrituras y como han sido conservados en la práctica y fe de los cristianos.
“No se trata de un asunto religioso o de legalidad a secas, se trata de vida, en este caso de una vida inocente e indefensa. El asunto no estriba asumir posiciones cerradas y excluyentes, también como gentes de fe debemos estar disponible a establecer un diálogo abierto y franco, aun con aquellos que adversan nuestra posición”.
“Nosotros los evangélicos más que un grupo que está contra del aborto, somos un grupo que está a favor de la vida y sus derechos con propuestas para dignificar a la mujer y resaltar su capacidad biológica y afectiva de concebir en su vientre criaturas humanas”.
El pastor Mateo entiende que el debate sobre la vida, en este caso partiendo del aborto, hay que ponderarlo más allá de las posiciones y las ventajas políticas que se puedan derivar del mismo.
“Los cristianos debemos ver el asunto del aborto en función del propósito de Dios para la vida. Estamos a favor de la vida y contra de cualquier amenaza que la menoscabe o pretenda desconocer su carácter sagrado y su consustancial dignidad”, concluyó.
