Un grupo internacional de astrónomos han encontrado ahora una fuerte evidencia de que los planetas rocosos similares a la Tierra ocurren con mucha frecuencia junto con un planeta similar a Júpiter que se encuentra en una órbita amplia.
Esta investigación, a cargo de científicos del Instituto Max Planck de Astronomía (MPIA) en Heidelberg, la Universidad de Berna y la Universidad de Arizona, dirigido por Martin Schlecker, ha descubierto que la disposición de los planetas rocosos, gaseosos y helados en sistemas planetarios aparentemente no es aleatoria y depende solo de unas pocas condiciones iniciales.
Los científicos sospechan que el planeta Júpiter jugó un papel importante en el desarrollo de la vida en la Tierra, porque su gravedad a menudo desvía asteroides y cometas potencialmente peligrosos en sus órbitas hacia la zona de planetas rocosos de una manera que reduce el número de colisiones catastróficas.
Los astrónomos se preguntan, si tal combinación de planetas es bastante aleatoria o si es un resultado común de la formación de sistemas planetarios.
Para determinar eso, se realizaron simulaciones que rastrea la evolución de los sistemas planetarios durante varios miles de millones de años. Estas revelaron que las supertierras rocosas con atmósferas delgadas a menudo están protegidas por un planeta similar a Júpiter
Los sistemas planetarios alrededor de estrellas similares al Sol, que producen en sus regiones interiores súper-Tierras con bajo contenido de agua y gas, muy a menudo forman un planeta comparable a nuestro Júpiter en una órbita exterior. Estos planetas ayudan a mantener los objetos potencialmente peligrosos alejados de las regiones interiores.
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