SANTIAGO.- Como “un feo y deprimente espectáculo” califica el Arzobispado de esta ciudad la acción protagonizada la semana pasada por un sobrino del ministro de Interior y Policía, quien agredió física y verbalmente a dos agentes de la Amet, cuando estos pretendieron multarlo por violar la ley de tránsito.
Por Ricardo Rodriguez Rosa
La posición de la Iglesia Católica en esta demarcación está contenida en el editorial de la edición del próximo domingo del semanario Camino, en el que analiza el comportamiento asumido por el joven Eduardo Villamán Fadul.
Con el título de “Leyes para nada”, el periódico resalta que la grabación de un vídeo hecho por uno de los uniformados, donde se observa la forma iracunda de este, cuando se le indica que cometió una infracción al violar la luz roja de un semáforo.
“Cuando en una sociedad el orden jurídico, que sostiene la convivencia civilizada, es violado impunemente, entonces comienza el caos, tomando vigencia la expresión de sálvese quien pueda”, comienza diciendo el editorial.
Considera que en el país no estamos lejos de esta realidad y estima que así no podemos continuar. “Mientras las leyes no sean iguales para todos, y que las placas oficiales, la pertenencia al partido gobernante, las tarjetas de un jefe militar, o ser hijo de personas adineradas estén por encima de las mismas, seguiremos caminando hacia un Estado ficticio”.
Al tiempo de estimar que llegó la hora de comenzar a construir una nueva sociedad, Camino es de opinión que las autoridades “tienen la obligación de ser los primeros en dar el ejemplo en todos los espacios de la vida nacional”.
