Moscú, 8 mar (PL) El subcomandante del batallón Sever del Ministerio de Interior de Chechenia, Zaur Dadáev, admitió hoy su implicación en el asesinato del opositor ruso Boris Némtsov el 27 de febrero último a 500 metros de las muralles del Kremlin.
Dadáev fue instruido oficialmente de cargos este domingo junto al trabajador de una compañía privada de seguridad en Moscú Anzor Gubashev, según la portavoz del tribunal Basmanni, de la capital de Rusia, Anna Fadéeva.
Ellos dos y Shaguid, hermano de Gubashev, fueron arrestados la víspera en la república norcaucásica de Ingushetia, dentro de Rusia.
Otros dos sospechosos detenidos en la madrugada de hoy en los alrededores de Moscú, Ramzán Bajáyev y Tamerlán Eskerjánov, negaron estar involucrados en el crimen, al igual que los hermanos Gubashev.
Los abogados argumentaron en defensa de Eskerjánov que en el momento del atentado mortal este sospechoso se hallaba en su puesto de trabajo, donde fue visto por numerosos compañeros.
Sin embargo, los instructores policiales insisten en la existencia de un conjunto de evidencias que prueban su implicación en el asesinato.
El tribunal Basmanni decretó hoy prisión preventiva para los cinco, mientras la defensa informó a la prensa que apelará esa decisión.
Un equipo del Servicio Federal de Seguridad (FSB, en ruso), del Ministerio de Interior y el Comité de Investigaciones, creado el mismo 27 de febrero bajo supervisión del presidente Vladimir Putin, reafirmó que las pesquisas sobre el caso siguen su curso.
Seis disparos de pistola realizó un desconocido contra Némsov cuando este caminaba de noche junto a la joven modelo ucraniana Anna Duritskaya por el puente de Moskvrestski, en el centro de Moscú. Cuatro de esas balas cegaron la vida del líder de la oposición extraparlamentaria o no sistémica.
El crimen conmovió a la sociedad rusa y tuvo impacto mundial, particularmente en Estados Unidos y la Unión Europea, donde el tema fue manipulado en medio de una campaña mediática global contra el Kremlin.
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