<b>Es admirable y extraordinaria la contribución de los
ecologistas al futuro de la humanidad. Si en el pasado los héroes fueron
aquellos que encabezaron las grandes batallas o que contribuyeron a la
transformación de la sociedad, en el futuro lo serán los ecologistas. Y no me
cabe la menor duda de que así será.</b>
Ya hay quienes pronostican que las grandes guerras se libraran por el
control del agua y no por el petróleo.
Chico Mendes será el prototipo del héroe del futuro y su lucha por la
preservación de la Amazonia en Brasil, contada como hazaña en las noches de
tertulias.
En el 2011 fueron asesinados los brasileños José Claudio
Ribeiro da Silva, y de esposa Maria do Espírito Santo da Silva, por defender
ese pulmón de la humanidad que es la selva amazónica. Sus nombres serán
reinscritos en el libro de la historia por sus nobles esfuerzos por contribuir
a la preservación del bosque.
Aquellos que tuvieron la oportunidad de cambiar el rumbo de
la humanidad en lo relativo a la conservación del medio ambiente y no lo
hicieron, irremediablemente serán echados al zafacón de la historia.
La destrucción de los bosques es la peor tragedia que hoy
vive la humanidad, pues con esa práctica nociva se contribuye al agotamiento del
agua, elemento fundamental para la sobrevivencia del planeta y se eliminan
innúmeras especies de la fauna.
Sin árboles no tendríamos ecosistemas como los bosques o
selvas, que dan cobijo a miles de especies de animales, desde los insectos
hasta los grandes felinos y herbívoros. Los árboles son esenciales en la vida
pues producen oxígeno y absorben el dióxido de carbono durante el proceso de
fotosíntesis.
Hace algunos meses me detuve frente a un dispensador de
toallas de papel para secarse las manos y había una leyenda que decía: “Con una
sola toallita basta”. Nunca me había detenido frente al dispensador y como todo
el mundo tomaba toallas de papel a diestra y siniestra, sin reparar en el costo
en término de destrucción de árboles.
Hice la prueba y comprobé que, efectivamente, con una sola
toalla basta para secarse las manos y que lo demás era puro desperdicio de
papel. Desde aquel momento me limito a una sola toalla para secarme las manos e
incluso a solo utilizar el secador eléctrico donde lo hay.
Muchos países han eliminado el uso del cuaderno en los
salones de clases y está utilizando dispositivos electrónicos para los apuntes,
como es la tableta. Es una medida saludable si tomamos en cuenta que para hacer
menos de cinco mil cuadernos hay talar un árbol de buen tamaño.
Imagínense cuántos árboles sería necesario talar para dotar
de cuadernos a los millones de niños o estudiantes de todos los niveles de la
China, India o Japón.
Necesariamente la humanidad tiene que evolucionar a la
oficina sin papel y a limitarlo en todos los aspectos de la vida. Ya en los
Estados Unidos las grandes empresas aplican el sistema de “Peperless Office”,
que permite manejar grandes volúmenes de documentos, sin usar papel y sin tener
que derribar un solo árbol.
Parecemos ignorar con descaro la realidad de la tala los
árboles, incluso en las riberas de los ríos, y las propias autoridades son
apáticas frente al crimen de lesa humanidad que representa la deforestación en
todo el territorio nacional. Durante la gestión de José Francisco Peña Gómez al
frente de la Sindicatura del Distrito Nacional la temperatura bajó algunos
grados, por el programa de siembra de árboles en toda la Capital.
Jarabacoa es un ejemplo de los efectos perjudiciales de la
desforestación. Antes del ciclón David, las temperaturas eran frías durante el
invierno y era preciso dormir con frazadas. Las cosas han cambiado y las
frazadas están en desuso.
Cuando tomé una toalla de papel para secarte las manos,
recuerda que con una basta. Haz la prueba y te convencerá.