<i><b>Alocución de Guillermo Moreno a la nación
dominicana el lunes 17 de febrero de 2014 desde el canal Coral 39 y 8 de
Telecable, y retransmitido por una cadena de radio y TV </b></i>
<b><font size="3">
Un Cambio Político para producir un
cambio de rumbo</font></b>
Dominicanos y dominicanas:
El Partido de la Liberación
Dominicana lleva 14 años en el poder,
los últimos diez en forma ininterrumpida.
Al pasar balance de este largo
periodo encontramos un incremento de
la inseguridad ciudadana; altos índices de desigualdad social con más
de un 40% de la población en la pobreza y la
pobreza extrema; un irresponsable
endeudamiento externo pues toman préstamos para pagar subsidios, financiar campañas electorales, pagar deudas; una progresiva quiebra del
aparato productivo y el consecuente aumento del desempleo y de la economía
informal; la entrega de nuestros recursos naturales a precio de vaca muerta,
comprometiendo en muchos casos la sostenibilidad ambiental; la frontera dejada
al contrabando, trasiego de drogas y
comercio de personas, siendo causa directa del actual caos migratorio.
<b>
Pero de todos los agravios causados por el PLD el peor ha sido el daño
moral. </b>
En toda la transición democrática,
ningún partido, por tanto tiempo, había hecho gobiernos tan corruptos, ni
sometido a sus intereses y de forma tan absoluta los poderes
públicos, ni irrespetado de forma tan
generalizada la legalidad, ni socavado con el clientelismo la moral de la
sociedad, ni comprado o dividido a los partidos de oposición, como lo ha hecho
el PLD.
Nuestros niños, adolescente y jóvenes
están siendo formados bajo el bombardeo de una maquinaria infernal de
antivalores, en donde el estudio, la capacitación, el trabajo son vistos como
pérdida de tiempo, estimulándose el enriquecimiento rápido y fácil sin que
importe si el dinero proviene de la corrupción o el narcotráfico.
Es la mujer dominicana, especialmente
las madres, las que reciben con mayor fuerza el impacto de esta situación. Son
ellas las que deben administrar un presupuesto escaso para alimentar a su familia;
son ellas las que viven en forma más
directa la angustia de ver a sus
hijos expuestos a la delincuencia y a
los antivalores.
Los gobiernos del PLD han hecho del
país el paraíso de la impunidad. Ya quedó demostrado que si el expresidente
Leonel Fernández y sus socios no están
siendo procesados por la justicia es por la irresponsabilidad y la falta de
independencia del ministerio público y del poder judicial y porque el presidente Danilo Medina, como dijo
en su discurso de los 100 días, decidió no tirar piedras hacia atrás,
reiterando el borrón y cuenta nueva.
El Presidente Medina, si bien cuida la forma, no ataca la
causa de los graves problemas que agobian al país. Por eso, a casi dos años de gobierno, no hay quien
aguante el alto costo de la vida, ni más impuestos, ni la inseguridad pública;
continua el festival de endeudamiento externo, y son muchos los jóvenes y
adultos que no tienen la oportunidad de un trabajo decente. Este gobierno
pretende partir en dos la cordillera central y mantiene una actitud ambivalente
frente a Loma Miranda. Si verdaderamente quisiera protegerla, puede el
presidente por decreto declarar de
utilidad pública los terrenos y disponer su pago en el presupuesto del 2015,
sin tener que esperar que el Congreso la
declare parque nacional.
El PLD opera como un partido-Estado
no existiendo frontera entre las funciones públicas y el activismo político partidario. Ha convertido el presupuesto general en un plan de negocios, y la inversión
pública se decide en función, no de las prioridades nacionales, sino
sustancialmente por las oportunidades de enriquecimiento para su cúpula dirigencial y de sus aliados más
cercanos. Ese partido, entre más gobierna, más aumenta su poderío económico y
su capacidad para corromperlo todo, con la agravante de que solo puede
mantenerse en el poder reproduciendo la descomposición moral de la sociedad.
Si en esta ocasión me estoy
dirigiendo a la nación dominicana es por
el convencimiento de que es un imperativo para la salud de la república sacar
al PLD de la dirección del Estado, es decir, ya está bueno, llegó el momento de
producir el cambio político.
Las elecciones generales,
congresuales y municipales de mayo de 2016 son la gran oportunidad que tenemos de producir el cambio
político de forma democrática y pacífica.
Pero es simplista creer que los problemas se resolverán con solo sacar
del gobierno a la corporación que dirige
al PLD.
En los últimos 50 años, en distintos
momentos nos limitamos a hacer el cambio político sin tocar el fondo de los
problemas y hemos pagado las consecuencias.
En el 1961 se ajustició a Trujillo, y
aun hoy día sigue pendiente destrujillizar el Estado dominicano. Igual en el 78, en el 96, en el 2000, en el 2004 se
produjo un cambio político y en cada ocasión los gobernantes tuvieron la
oportunidad de impulsar la regeneración del proyecto nacional y no lo hicieron
y terminaron repitiendo y profundizando muchos de los males que desde la
oposición dijeron iban a combatir.
Por eso, con sobrada razón la
ciudadanía tiene sentimientos de frustración y de descreimiento en la política
y en los políticos.
Esta vez no podemos repetir los
errores cometidos en el pasado reciente.
Tenemos el reto de hacer un giro, y
darle una nueva direccionalidad y contenido al cambio político.
Es eso lo que queremos significar
cuando planteamos hacer un cambio político para producir un cambio de rumbo.
Sí, lo que le da verdadero sentido al
cambio político es que pueda dar lugar a un cambio de rumbo en las políticas y
las prácticas que nos han llevado a este estado de cosas.
Por eso, si estamos planteando la
necesidad de sacar al PLD de la
dirección del Estado en el 2016 es con el compromiso irrenunciable de enfrentar
la inseguridad pública, de atacar las causas generadoras de la delincuencia,
aplicar con rigor una política de cero
tolerancia del delito y el crimen, de hacer la transformación de la Policía
Nacional y el Ministerio Público, de extirpar la protección que se ha agenciado
el narcotráfico en sectores oficiales, el sistema político y organismos de la
seguridad del Estado.
Si planteamos la necesidad de sacar
al PLD es porque nos comprometemos a garantizar el derecho a la alimentación
del pueblo dominicano, y para ello,
buscar el acercamiento del productor y el consumidor a través de una
política de precio justo; eliminar el ITBIS de los productos de la canasta
familiar y el pago del odioso anticipo;
a transformar el actual sistema impositivo regresivo en uno progresivo y
equitativo; a sincerizar y hacer transparente el precio de los
combustibles.
Si planteamos la necesidad de sacar
al PLD es porque asumimos el compromiso de impulsar un modelo de desarrollo
productivo y para ello someter a revisión los tratados de libre comercio
suscritos por el país, para evitar que
continúe la quiebra de la industria y de
la agropecuaria del país, garantizando de paso la soberanía alimentaria; revisando los contratos eléctricos para
enfrentar de verdad el grave problema
energético del país.
Si nos planteamos sacar al PLD es con
el compromiso irrenunciable de hacer un gobierno honesto, acabar con las
nominillas y el clientelismo en el
Estado; aplicar una política para la prevención de la corrupción, fortaleciendo
la transparencia y los órganos de control del gasto público; investigar y
buscar el castigo de todos los actos de corrupción que no hayan prescrito
y recuperar lo robado al patrimonio
público. El compromiso es acabar de una vez y para siempre con el borrón y
cuenta nueva y la impunidad.
Si vamos a sacar al PLD de la dirección del Estado es para
desmontar el actual entrampamiento de los poderes públicos y de las altas
cortes que se hizo en la reforma constitucional de 2010, y para ello asumimos
el compromiso de convocar una constituyente electa por voto popular, e impulsar entre muchos
otros el derecho ciudadano de revocación del mandato a los representantes, así
como un congreso unicameral sin barrilito, sin cofrecito y sin reparto de
exoneraciones.
Si nos planteamos sacar al PLD de la
dirección del Estado es para asumir el compromiso de parar el endeudamiento
externo, auditar la actual deuda pública.
Es para defender nuestros recursos naturales y garantizar la
sostenibilidad ambiental.
Para sacar al PLD de la dirección del Estado en el 2016 es
necesario que la ciudadanía haga suyo con entusiasmo este alto propósito. Y lo
que puede despertar las esperanzas de la gente es la presencia de un liderazgo
que asuma el compromiso sincero y franco de hacer las reformas y adoptar las
decisiones necesarias, de aplicar las adecuadas políticas públicas, poniendo
siempre por encima de los beneficios individuales o de grupo el sagrado interés
de la nación.
La sociedad sigue esperando por un
liderazgo que no la engañe de nuevo, que cumpla sus compromisos; que sea
coherente entre lo que dice y lo que hace; que vaya al Estado a servir y no a
enriquecerse; que no fomente el personalismo ni el continuismo; que
fortalezca la institucionalidad democrática, respete y haga respetar la ley.
La sociedad nuestra ha estado
esperando por un liderazgo político con compromiso social, capaz, con autoridad moral, convicciones
democráticas y verdadero patriotismo.
Estoy convencido que el liderazgo político y social para hacer el
cambio político y el cambio de rumbo existe en el país, pero se encuentra
disperso, atomizado, desorientado.
Insisto que este es el momento de
hacer el giro, de darle una nueva direccionalidad a la política, de mostrarle
al pueblo, con el ejemplo, que juntos
podemos construir una salida de bienestar y democracia a este presente que
estamos viviendo.
Desde Alianza País, queremos
contribuir a acercar ese liderazgo, y para ello, en este 2014,
propiciaremos una Mesa de Diálogo y
Concertación política con la diversidad de sectores políticos, sociales y
ciudadanos, en primer término, para garantizar unos mínimos de confianza e
identidad política y desarrollar una oposición política responsable, firme y
propositiva, y en segundo término,
avanzar hacia la constitución de un polo electoral progresista en
capacidad de sacar al PLD de la dirección del Estado.
La propuesta que estamos haciendo es
incluyente y es formulada con un espíritu de nación. Buscamos que en ella
participen los sectores progresistas que han inspirado su accionar político en
el ejemplo de Minerva, Manolo, Fernández Domínguez, Francisco Caamaño, en la
lucha por la libertad, la justicia social, la soberanía. En ella también deben
participar los que han recogido del Dr. José Francisco Peña Gómez su legado de
lucha por la democracia y todos los
bochistas que permanecen fieles a la ética política del profesor Juan Bosch, en
fin, todo ciudadano/a que aspire a vivir en un país diferente.
El cambio político y el cambio de
rumbo sólo podrán ser realizados desde la gente y con la gente, y por tanto,
es imprescindible que participen
y lo hagan suyos las mujeres, los
jóvenes y los adultos, los profesionales, los trabajadores, los productores,
los habitantes de los barrios, los religiosos, los activistas sociales.
Los beneficiarios de este estado de
cosas, trabajan para hacernos creer que es un designio insuperable la
continuidad del PLD en la dirección del Estado.
Y no es así.
Si levantamos la confianza y la
esperanza de la ciudadanía, si el pueblo
dominicano se sacude, como lo ha hecho tantas veces, y se
pone en movimiento y actúa en la dirección del cambio político, es seguro que
en el 2016 paramos el continuismo del PLD.
La gente ya comienza a decir: Esto
no se aguanta más. El Cambio político es lo que va
Dominicanos y dominicanas:
A doscientos un año del nacimiento de
Juan Pablo Duarte, forjador de nuestra
nacionalidad, honremos su memoria edificando la República Dominicana por la que
él luchó: una república democrática, justa, próspera, independiente y soberana.
¡Viva por siempre la República
Dominicana!
Muchas gracias.
Santo Domingo, D.N., República Dominicana.
Lunes 17 de febrero de 2014.