No estaba planeado como ha dicho la Casa Blanca para restarle importancia al hecho, pero ocurrió y en diplomacia eso tiene un significado. El presidente de Estados Unidos Barack Obama se encontró con el presidente cubano Raúl Castro y ambos estrecharon sus manos, en un saludo que probablemente hubiese celebrado Nelson Mandela, a cuyo sepelio ambos gobernantes asistieron.
Obama también estrechó la mano de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, recientemente indignada por el espionaje de sus actividades realizado por los servicios secretos estadounidenses.
La Casa Blanca restó importancia al hecho: "No fue un encuentro planeado con antelación", dijo un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, en declaraciones citadas por las cadenas CNN y CBS News.
"Por encima de todo lo demás, hoy es un día para homenajear a Nelson Mandela, y ése era el único foco de atención del presidente durante el servicio fúnebre" en Johannesburgo, añadió.
El breve apretón de manos supuso el primer encuentro documentado entre Obama y Castro, cuyos países carecen de relaciones diplomáticas desde 1961, y tuvo lugar cuando el mandatario estadounidense se dirigía hacia el estrado desde el cual habló a los miles de sudafricanos presentes en la ceremonia por Mandela.
La prensa cubana tampoco se ha hecho eco del acontecimiento, lo que significa que no ha dado importancia al saludo entre los dos mandatarios.