<b>SANTIAGO.- A cuatro días de haberse producido el rapto de un octogenario comerciante mocano, Ramón Sánchez, la Policía no ha podido dar con su paradero ni los responsables del hecho.</b>
Sin embargo, trascendió que la comisión que integran representantes del Ministerio Público y la institución del orden, manejan la tesis de que en el hecho podría estar involucrado un hijo de Ramón Sánchez Grullón, el anciano de 85 años que fue sacado por la fuerza de su casa, localizada en Villa Trina, provincia Espaillat, la madrugada del pasado miércoles.
Aunque el sospechoso fue detenido horas después del hecho, al igual que otras cuatro personas, se puso que las autoridades optaron por ponerlo en libertad antes de vencerse el plazo de 48 horas y se lo entregaron a una pariente que labora en el área judicial mocana.
Esto se produjo bajo el acuerdo de que el hijo de Sánchez Grullón, quien reside en las cercanías de la casa de donde raptaron al comerciante, esté permanentemente disponible cuando los investigadores lo requieran.
Mientras tanto, el anciano, quien también es padre del presidente del Partido Revolucionario Dominicano en Moca, Víctor Sánchez, aparentemente es mantenido en cautiverio, aunque sus captores no han solicitado dinero para dejarlo en libertad.
El general Pablo de Jesús Dipré, comandante policial en el Cibao Central y quien representa esa institución en las indagatorias, declaró la mañana del jueves que en ese momento la comisión confronta dificultad para hacer una reconstrucción del rapto de Sánchez Grullón, tanto por la forma en que se produjo el evento como por la edad del comerciante.
Dipré dio a conocer que los investigadores, acompañando al Ministerio Publico, inspeccionaron minuciosamente la habitación y la cama del desaparecido, donde fueron vistos rastros de sangre y signos de violencias.
Vecinos de la vivienda donde ocurrieron los hechos la madrugada de este miércoles aseguraron que, aunque el anciano vive allí en compañía de algunos familiares, estos alegan no haberse percatado del rapto, aunque los captores violentaron una verja de hierro que protegía una ventana, por la que posteriormente entraron.