<b>La
eficiente y agresiva diplomacia haitiana a puesto al desnudo una vez más al
Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana
“Cancillería”, está vez a tal punto que el Presidente Danilo Medina tuvo que
recurrir a otros funcionarios para que asumieran la defensa de la soberanía
nacional, que dicho sea de paso han hecho una excelente labor logrando frenar el
descrédito de la República Dominicana
ante la diplomacia mundial.</b>
La República de Haití conociendo la deficiencia de las actuales autoridades
diplomáticas dominicanas logró acorralar a la República Dominicana
en los escenarios de la
Diplomacia mundial, situación que no ocurría durante las
administraciones del Dr. Joaquín Balaguer, lo irónico es que el actual Ministro
de relaciones exteriores “canciller”, es el actual presidente del Partido
Reformista.
Pero
tal parece que el Presidente Danilo Medina ha entendido la realidad de su
Cancillería, la cual está llenada de mentes inoperantes que no le permite a ese
tan importante organismo del país lidiar y hacerle frente a la agresiva
diplomacia haitiana, ya que en los últimos años la cancillería dominicana solo
ha desempeñado un papel informativo.
No
es la primera vez que el Ministerio de Relaciones Exteriores brilla por su
silencio ante ataques de organismos internacionales y países que pretenden a
toda costa con chantajes vulgares trazar pautas relativas a la nacionalidad
dominicana. Y es que la cancillería dominicana desde hace un tiempo hasta la
actualidad se ha convertido en un depósito de botellas con un exceso de
personal que recibe atractivos sueldos sin desempeñar ninguna función o
beneficio para el país, ni siquiera pueden presentarse en los países donde
supuestamente fueron nombrados, por exceder la cuota del personal diplomático
permitido.
A
la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kmla Persad Bissessar, se le atribuye
decir que la negativa a ingresar la República Dominicana
al Caricom es apenas la primera salva que se dispara contra el país y que entre
las opciones de represalia figura la ruptura diplomática. Es evidente que la
diplomacia haitiana no usó su influyente liderazgo en el seno del Caricom para
oponerse a tan ridícula penalidad y promover el canal dialogante al que se
había comprometido con el gobierno dominicano.
La República Dominicana está en la
obligación de reiterar su firme determinación de defender en todos los
escenarios posible su soberanía, independencia y autodeterminación, sin que ni
por un segundo al Gobierno le tiemble el pulso, y a la misma vez es hora de que
en el Palacio Nacional se tomen medida con respecto a las supuestas autoridades
diplomáticas.