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SANTIAGO.- Para Jhonny Ventura, el merengue no es simplemente una
música dominicana, sino la expresión misma de la dominicanidad, mucho más si se
trata de lo que desde el principio de la nacionalidad y hasta hace pocos años
se le denominó como “perico ripiao”.</b>
No obstante el lugar privilegiado que a juicio del reconocido artista y
político dominicano tiene en la sociedad dominicana ese ritmo, lamenta que a estas
alturas existan emisoras en el país que se resistan a incluirlo en sus
programaciones.
Ventura habló sobre temas tan variados, como la música, la política y
la sociedad en sentido general al ser entrevistado recientemente por el
comunicador Héctor Cepín para su programa “La Carpeta de Cepín”, que
produce de lunes a viernes, de 11:00 a 12:00 meridiano por la emisora local
Radio Norte, aprovechando su presencia en esta ciudad al participar en el
espectáculo artístico “La
Gallera”, montado en el Gran Teatro del Cibao.
No obstante el sin sabor que dice sentir porque la música típica aún no
ha sido justipreciada en su justa dimensión e importancia, Ventura alberga la
esperanza de que los propietarios de las emisoras donde aún se desdeña la
importancia histórica de ese ritmo alguna vez vuelvan sus miradas hacia atrás y
lo difundan “si queremos identificar mundialmente nuestra República
Dominicana”.
“El merengue no es una música dominicana, sino la música dominicana en
sí, porque con el inicio de su difusión nació la patria y desde entonces corre
por las venas de todos nosotros”, insistió Jhonny Ventura en sus declaraciones
para el referido programa santiaguero.
Puso en relieve la necesidad de que todos los sectores llamados a
proyectar internacionalmente el merengue se aboquen a trazar pautas que
permitan lograr ese propósito lo más pronto posible “fundamentalmente en estos
momentos de apertura mundial, cuando cada país muestra lo que tiene y nosotros
debemos hacer lo mismo”.
Jhonny Ventura también analizó la situación social generada por los
asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o antiguos acompañantes,
considerando que tal cosa ocurre porque se cambiaron las reglas de la educación
dominicana.
“En la misma medida que hemos perdido la identidad educativa nacional
también ha mermado la armonía familiar, que es la base principal de una
sociedad y, desde ahí en adelante, han pasado muchas cosas”, dijo.
Como ejemplo de esa aseveración citó que, mientras los hombres
paulatinamente han ido abandonando los centros escolares, las mujeres han
incrementado el interés de aumentar sus conocimientos universitarios,
preparándose para liberarse cada vez más y depender económica lo menos posible
de los compañeros, de lo que consideró estos no se han percatado.