Canberra, 23 may (PL) Defensores de los animales calificaron hoy de inhumada y cruel la determinación de las autoridades de sacrificar a miles de caballos salvajes de Outback, a 300 kilómetros al sudeste de la ciudad australiana de Alice Springs.
La organización de defensa de los animales de Australia consideró que la matanza de 100 mil ejemplares por disparos propinados desde helicópteros causará sufrimiento por muerte lenta a los que resulten heridos, según una nota de la cadena ABC.
A los protectores les preocupa que la dispersión de los cadáveres cause efectos como la proliferación de animales depredadores, entre ellos los perros y gatos salvajes, amplió el reporte.
Desde la tarde anterior, los caballos salvajes comenzaron a ser sacrificados en Outback ante el descenso poblacional de esos equinos por hambre y sed.
La cadena ABC aseveró que las autoridades australianas ordenaron evacuar la zona para el sacrificio planificado de los caballos, porque -de acuerdo con la nota del gobierno- los animales salvajes que viven en la zona (incluidos además burros y camellos) están muriendo a centenares por la falta de agua y comida.
A principios de este mes, el director del Central Land Council, David Ross, declaró a la prensa que los caballos serían liquidados con disparos desde helicópteros, operación financiada por el Gobierno y que deberá terminar en junio próximo.
Nadie quiere verlos sufrir, puntualizó Ross, pero los propietarios tradicionales de la tierra son conscientes de las terribles consecuencias de tener una población animal famélica y descontrolada.
Los caballos salvajes de Outback son descendientes de los Waler, criados cuando Australia era colonia británica para servir al Ejército del Reino Unido en la India, y luego en la Primera Guerra Mundial.
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