<b>SANTIAGO.- La Policía
busca esclarecer la muerte a tiros de un comerciante de esta ciudad, ocurrida
la madrugada del pasado miércoles en el centro de esta ciudad, para lo cual
apresó hace algunas horas dos jóvenes, quienes habrían admitido que cometieron
el hecho tras recibir garantía de un pago económico ascendente a 200 mil pesos.</b>
Originalmente se especuló que Juan Ruperto Rodríguez Quezada, de 30
años, fue baleado en un intento de asalto, pero este viernes trascendió que los
dos detenidos, solo identificados como Junior y Juan José, ha informado a las
autoridades judiciales y policiales que investigan el hecho de que se trató de
un crimen por encargo.
A media mañana de este viernes las autoridades tenían rodeada una
vivienda ubicada en el sector La
Gallera, de aquí, donde se presume reside la persona que
habría acordado pagar esa suma de dinero para que asesinaran a Rodríguez
Quezada.
Una fuente de la
Policía dio a conocer que en los interrogatorios a que han
sido sometidos Junior y Juan José admitieron que fueron las personas que cerca
de la 1:00 de la madrugada del miércoles interceptaron al comerciante en la
esquina que forman las avenidas 27 de Febrero y Metropolitana, de los Jardines
Metropolitanos, alcanzándolo con un disparo en la nuca, muriendo de manera
instantánea.
Al momento de la tragedia se desplazaba en un motor de su propiedad
acompañado de una joven que fue investigada por fiscales adjuntos y agentes
policiales.
El comerciante intentó sorprender a los asaltantes y dispararles con
una pistola marca Hungary calibre nueve milímetros que portaba con permiso
legal, pero uno de los desconocidos le disparó, provocándole la herida mortal.
Minutos después una patrulla policial encontró la motocicleta que
utilizaron los dos individuos para cometer el hecho en la esquina que integran
las avenidas Estrella Sadhalá y Hatuey, del sector Los Ciruelitos, de esta
ciudad, la que se cree había sido previamente robada.
Rodríguez Quezada, quien residía en la calle Camelia Perelló número 1,
del sector Cienfuegos, era propietario de un negocio de venta de pollos
horneados ubicado en esa barriada.