SANTIAGO.- El semanario católico Camino, órgano
escrito del arzobispado de esta provincia, consideró que para proclamar que
realmente República Dominicana es una nación libre, hoy se necesitan
instituciones estatales sólidas y creíbles, que protejan la democracia.
Como ejemplo de la credibilidad que estima debe
prevalecer en el país, el periódico cita que se debe descontinuar “la práctica
de ver legisladores aprobando acuerdos internacionales que lesionan la soberanía”.
En editorial correspondiente a la edición que
circula este domingo en los templos católicos nacionales y que titula “Sueños
independentistas”, Camino recuerda el 169 aniversario de la Independencia
Nacional, precisando que, al pensar en el acontecimiento más importante de
nuestra historia “llegan a nosotros sueños de compromisos con los que
dieron su vida desafiando el temor y el
miedo para que hoy la Bandera tricolor surque los cielos avisando al mundo que somos dominicanos”.
Pero que, para proclamar que realmente el país
es independiente “hoy necesitamos instituciones estatales sólidas y creíbles que
protejan la democracia y descontinuar la práctica de ver legisladores aprobando
acuerdos internacionales que lesionan la
soberanía”.
Otra señal clara para el semanario Camino de
que esta nación vive en un estado de
independencia “es no seguir viendo partidos políticos que apadrinen la
corrupción protegiendo a sus dirigentes”.
“Nuestros libertadores no estarán contentos
cuando se engaveten expedientes dejando en el pueblo la sensación de
que hay gatos entre macutos, cuando es en los tribunales donde en un
juicio público, oral y contradictorio, se prueba la inocencia o
culpabilidad de un acusado”, indica.
A su juicio, en el reciente mensaje de los obispos,
con motivo de la Independencia Nacional “encontramos el camino a
seguir para construir con base firme la Patria que anhelamos y por la
que sonó aquel trabucazo de Mella que nos despierta de la indiferencia
social que tanto daño nos está ocasionando”.
“Honremos a nuestros libertadores aportando
cada uno lo mejor de sí para llegar a la verdadera independencia,
aquella que nos permita vivir con la dignidad que Dios nos creó”,
concluye.