<b>SANTIAGO.- Los alrededores del Hospedaje Yaque, que a principios de la
gestión del alcalde Gilberto Serulle fue higienizado y regularizados los
negocios de productos agrícolas, ha vuelto a ser arrabalizado hasta el extremo
que resulta difícil el tránsito de vehículos y personas por su exterior.</b>
Un aspecto similar se puede observar en la parte interna del local,
donde desde hace tiempo operan negocios que nada tienen que ver con el expendio
de frutas, vegetales y legumbres, original razón de ser de la vetusta
edificación.
Apenas días de asumir la
Alcaldía local, Serulle se propuso ordenar el Hospedaje Yaque
tanto adentro como afuera, objetivo que logró en poco tiempo, restaurando así
el orden y la limpieza que hacía años habían desaparecido del lugar.
Sin embargo, la administración del sitio ha permitido que el lugar de
venta de productos agrícolas más importante de la región del Cibao haya
retomado su aspecto arrabalizado, fundamentalmente luego de permitir el
funcionamiento de puestos de ventas en las calles con motivo de las navidades.
Marcos Aracena, encargado administrativo del hospedaje, sostuvo a
finales de diciembre pasado que los venduteros a quienes se les permitió
instalarse de manera provisional y que han saturado el espacio físico, abandonarían
la zona en la primera semana de este mes, porque así lo acordaron previamente.
Sin embargo, el tiempo ha transcurrido y los negocios continúan
funcionando en las calles y aceras que circundan la edificación, lo que impide
el normal tránsito de personas. Carretillas y vehículos a veces son conducidos
por allí, lo que torna más caótica la situación.
En el interior del hospedaje la situación no es menos dramática, en
vista de que se ha permitido funcionar negocios que no están supuestos a estar
allí, como financieras, almacenes de provisiones, comedores, tiendas de
artesanía, botánicas, colmados, depósitos para guardar mercancías y hasta
puestos para vender carbón.
En total, tanto adentro como afuera funcionan 594 negocios y puestos de
ventas de productos agrícolas aunque, según Aracena, antes de asumir la actual
administración, la cantidad era mucho mayor.
“La redujimos considerablemente pero, al dar la facilidad navideña,
tenemos el inconveniente de la reducción del espacio, lo que estamos obligados
a resolver”, explicó Aracena.