SANTIAGO.- A pesar de que la mujer que denunció que era mantenida
encerrada en su casa por su marido en contra de su voluntad, depositó un desistimiento
de la querella mediante acta notarial, ayer un tribunal envió a prisión preventiva
por tres meses al hombre acusado de ese hecho.
La medida de coerción contra Pedro de Jesús Espinal fue impuesta por la
magistrada Martha Martínez, jueza del Cuarto Juzgado de la Instrucción, estamento
judicial especializado para el conocimiento de casos relacionados con la
violencia de género.
Cuando el tribunal se disponía dar inicio al conocimiento de la
solicitud de coerción presentada por el Ministerio Público, Juana Aracena
Vargas, la mujer afectada por las acciones de Espinal entregó a la secretaria
de la audiencia el acto mediante el cual comunicaba que desistía de la querella
que interpuso la tarde del pasado sábado.
No obstante a esa decisión, el Ministerio Público decidió continuar con
el caso, procediendo a solicitar 12 meses de prisión preventiva contra Espinal,
como medida de coerción.
Sin embargo, la jueza Martínez optó por imponerle tres meses,
fundamentalmente por la presentación del referido documento, del que el abogado
que representó a la mujer tuvo conocimiento cuando ella lo depositó en el
comienzo del juicio.
Originalmente Vargas acusó a Espinal de haberla mantenido encerrada en
su casa por alrededor de un mes, en contra de su voluntad. Ambos residen en la
comunidad Las Charcas, de este municipio.
Espinal, de 40 años, fue apresado en horas de la tarde del domingo en
la comunidad Salaya, del municipio de Sabana Iglesia, donde se había refugiado
tras enterarse que era buscado por las autoridades por la violencia de género
que llevó a cabo contra Juana Aracena Vargas.
Las autoridades lograron el sábado en la tarde liberar de su cautiverio
a la mujer, porque un hermano suyo, de nombre Leuterio René Aracena, había
hecho la denuncia ante la
Unidad de Violencia de Género de la fiscalía, por lo que el
Ministerio Público se puso de inmediato en movimiento, trasladándose a la casa,
localizada en la comunidad Las Charcas, de este municipio, donde halló a la
doméstica encerrada.
Tras permanecer algunas horas en la sede del palacio de justicia local,
la mujer fue llevada a una casa de acogida, donde se le brinda asistencia
psicológica, debido los inconvenientes emocionales generados por el ilegal
encierro y las constantes amenazas de muerte que profería Espinal en su contra.
La fiscal Liranzo resaltó la actitud asumida por Leuterio, de denunciar
la situación que vivía su hermana, en el entendido de que tal cosa por el
momento ha evitado que Juana Aracena se haya convertido en otra víctima de la
violencia intrafamiliar.
En tal sentido, solicitó a las personas que tengan conocimiento de
acciones de ese género, que afecten tanto a familiares, como amigos y vecinos,
ponerlas al conocimiento de las autoridades, para actuar en consecuencia.