<b>San Juan, 31 dic (PL) Con una criminalidad incontenible que ha disparado a más de 970 los asesinatos en el año que termina hoy, un desempleo superior al 13,9 por ciento y con múltiples violaciones a los derechos ciudadanos, Puerto Rico parece sumido en la incertidumbre.</b>
Esta situación ha provocado que unos 300 mil puertorriqueños hayan abandonado el país en los últimos años, agobiados por la imposibilidad de obtener empleo y por la falta de seguridad con una corrupta policía impuesta en sindicatura por el gobierno federal de Estados Unidos.
También cuentan como razones del éxodo las constantes violaciones de derechos civiles y un costo de vida que ha reducido a 86 centavos el poder adquisitivo de cada dólar con relación a 2006.
Por contraste, la Asamblea Legislativa aprobó medidas coercitivas a los derechos civiles de los puertorriqueños, prohibiendo las protestas en determinados escenarios públicos y hasta que se critique a miembros de la Cámara y el Senado, so pena de cárcel.
La inestabilidad económica y social que experimenta esta isla del Caribe se profundizó en 2012 con el cierre de numerosas empresas y comercios locales y la salida del mercando de importantes aerolíneas internacionales.
En ese sentido, cabe citar la degradación a punto de "chatarra" de los bonos de monopolios estatales de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, la Autoridad de Energía Eléctrica, así como de la Universidad de Puerto Rico, entre otros, por la casa crediticia Moodyâ€Ös.
"Esos bonistas que por décadas se han cebado de la riqueza que producimos la clase trabajadora y que han dirigido las políticas neoliberales en nuestro país, ahora nos dicen que nuestras corporaciones públicas no valen nada", denunció el Partido Comunista de Puerto Rico ante la degradación de los bonos.
Los comunistas boricuas entienden que los bonistas de Wall Street, a la sombra de las firmas crediticias, "son los artífices de las políticas económicas que han implementado a sangre fría los gobernantes de la colonia capitalista, particularmente durante este cuatrienio, cuando se han dedicado a endeudar irresponsablemente a la clase trabajadora".
Adujo el Partido Comunista que ese descomunal endeudamiento agravó a niveles alarmantes con emisiones de bonos giradas contra el gobierno del Estado Libre Asociado (ELA), sus corporaciones públicas y sus aparatos municipales, lo que asegura el pronto agotamiento del margen prestatario del aparato colonial.
Esa situación hizo crisis en las postrimerías de 2012, luego de cuatro años de falsa bonanza económica proyectada por la saliente administración, encabezada por Luis G. Fortuño, del anexionista Partido Nuevo Progresista, a quien el pueblo pasó factura con una derrota en las elecciones generales del 6 de noviembre pasado.
Contrario al panorama que pintaba el equipo económico de Fortuño, Puerto Rico amplió su deuda pública y disminuyó la tasa de empleos, lo que provocó la emigración en el último periodo de unos 80 mil profesionales.
Tal panorama profundizó la brecha entre ricos y pobres, lo que ha tenido como resultado un incremento en los suicidios y la violencia intrafamiliar, que ha cobrado la vida de 20 mujeres y cinco hombres.
La desesperanza ha signado la vida de miles de puertorriqueños que han debido recurrir, en contra de sus deseos, a programas de asistencia social y que ha llevado a más de 12 mil estudiantes a abandonar la UPR, luego que hace dos años se impusiera una onerosa cuota especial individual de 800 dólares.
En el nivel preuniversitario, donde se supone que cada año sobre 38 mil 300 estudiantes culminen su formación, solo lo hace el 62 por ciento, 23 mil 984, entre otras razones por la deteriorada calidad de la enseñanza, según estadísticas oficiales, y la penetración en el entorno de la distribución y el consumo de drogas.
A juicio del Partido Comunista, las escuelas se caen a pedazos y se despiden maestros, lo que condena a la juventud puertorriqueña a un futuro sin oportunidades ni perspectivas de empleo ni desarrollo.
Denunció que a la vez que se privatizan los haberes públicos, se destruye el medio ambiente y los hospitales carecen de los medios más elementales para su funcionamiento.
"Todo este desastre se agrava para los empleados y pensionados cuando el déficit actuarial de los planes de pensiones se ha disparado en 17 por ciento (30 mil millones de dólares) en sólo un año", destacó la organización política en declaraciones a Prensa Latina.
La corrupción ha planeado entre funcionarios públicos de alto nivel disfrazada de "bonos de productividad" que en ocasiones han rondado los 200 mil dólares, mientras el gobierno dejó en la calle a unos 30 mil empleados de niveles inferiores, cuyo salario anual no superaba los 24 mil dólares, muchos de los cuales perdieron hasta sus hogares debido a la imposibilidad de abonar a la hipoteca del inmueble.
Pese a que la administración de Fortuño dibujó un cuadro de bonanza económica, en este momento de los 300 millones de dólares que representa la nómina mensual del gobierno central, apenas hay 50 millones en caja para pagar las obligaciones en enero, cuando estrena una administración encabezada por el Partido Popular Democrático.
No hay garantía de que 2013 resulte un año de prosperidad para los puertorriqueños, que ya han comenzado a "apretarse el cinturón", como han sugerido algunos economistas que vislumbran que los tiempos de prosperidad se terminaron y que, en lo adelante, se hace necesaria una cirugía profunda que permita la reconstrucción del país.