<b>Es
muy preocupante para el pueblo dominicano aceptar que antes de cumplir los cien
días de prueba de su mandato este gobierno ya se anoto un muerto por la
protesta de la primera reforma fiscal,
William Florián Ramírez de 21 años, estudiante de medicina, de quien se dice,
era dirigente del Partido de la Liberación Dominicana, y quien manifestaba una
preocupación social de hacer conciencia de los valores Nacionales, esta
situación pone en cuestionamiento los 3
años y nueve meses que les resta al gobierno del presidente Danilo Medina.</b>
A todo ser humano hay que respetarles la vida,
sin importar su color, creencia religiosa o ideología política, así como, su
orientación sexual. William no es un
muerto cualquiera, fue uno de esos seres humanos excepcionalesdispuestos a pagar con su vida el precio de
un cambio en la política de gobierno, que el entendió era necesario para
mejorar las condiciones de vida de los dominicanos.
William solo quería asegurarse que cuando el
terminara su carrera de medicina trabajar en un hospital donde el pueblo
tuviera derecho a los servicios de salud, su lucha era evitar que esa odiosa reforma
fiscal limitara a mas jóvenes a tener la
mismas oportunidad que él, de ser medico.
El presidente
Danilo Medina con su indignación antes este horrendo hecho podrá convencer a
muchos de que desde el gobierno se cometieron
errores el día que les quitaron la vida a William Florián Ramírez, en los
terrenos de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD) y de su buena intensión, pero difícilmente convencerá a
sus padres de que un policía tenía el derecho de arrebatarles la vida a su
hijo.
Es
fácil para el presidente como padre de
tres hijas criadas en un hogar eminentemente político entender perfectamente la
preocupación de los jóvenes dominicanos, que viven en un país sin oportunidades,
donde solo pueden asesar al gobierno los miembros del partido en el poder.
El
pueblo dominicano tiene dolorosas experiencias de las confrontaciones en la
UASD, entre policías y universitarios, durante los 12 años del gobierno del
doctor Joaquín Balaguer, la muerte de Sagrario Ercidas Díaz, entre otras
muertes injustificadas, muertes políticas, muertes de Estado, ese pueblo que lucha
por sus derechos, no estas en condiciones de perder uno mas de sus jóvenes
valores.
El manejo de una política de gobierno troglodita
como las que han ejecutados funcionarios del PLD, son las que provocan muertes como la de William Ramírez, acompañados de ambiciones desmedidas como la ministra de
educación Josefina Pimentel, quien se
aumento desproporcionalmente su salario, posiblemente sin consultar con su jefe,
el presidente Danilo Medina, en medio de la turbulencia social ocasionada por
la reforma fiscal.
Frente a la indignación de un pueblo por el despilfarro y la desaparición
de 187 mil millones de pesos en los pasados ocho años del presidente Leonel
Fernández, es abusivo que la ministro de educación sin habérseles asignado los
fondos del 4% hiciera uso de poder aumentarse su
salario.
Si el
presidente Medina quiere hacer lo que nunca se ha hecho, debe destituir la ministro
de educación.